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La mano de Mark tiembla en su agarre sobre el arma semiautomática, sus falanges se acomodan sobre el mango y sus dedos no dudan cuando retira una vez más el seguro del gatillo. Su sangre hierve dos grados por encima del estado de ebullición apenas y sus ojos se cruzan con los del alfa, a la vez que un sentimiento de desprecio le recorre el alma.

Se sentía estupido.

Cuando Yuta le propuso aquel trato, él en verdad pensó que tal vez había alguien que entendía su situación. Prepararse para ser el sucesor de toda una organización no era fácil, por lo que cuando el alfa mostró un poco de comprensión creyó que posiblemente tendría un aliado.

Sin embargo, la poca confianza que depositó en él se redujo a nada en cuestión de segundos y todo lo que su padre le mencionó alguna vez cobró sentido. Junseo tenía razón, era débil e ingenuo y si seguía confiando tan dócilmente en las personas como lo había hecho hasta ahora con aquel alfa acabaría muerto.

Aquello era algo que no iba a permitir tan fácil.

Mark suspiró un poco y presionó con más fuerza el cañón del arma sobre la frente de Yuta, no había nada que pudiera detenerlo, estaba furioso y ni el grito que escuchó a sus espaldas logró impedir que jalara del gatillo.

El alfa se tenso al escuchar su nombre en la voz de Taeyong, pero no había nada que pudiera hacer por lo que cerró los ojos cuando captó el diminuto ruido de la maquinaria que hacía el arma al disparar la bala.

Sin embargo nada pasó y soltó una carcajada cuando Mark Lee retiró el arma de su frente con el ceño fruncido, abriendo el cartucho de municiones y soltando un par de juramentos al notar que faltaban dos balas más de la cantidad habitual de esta.

— Tú maldito hijo de puta — El omega masculló soltando el arma al suelo dispuesto a soltarle un golpe en el rostro. Yuta río con más fuerza y si no fuera por el alboroto que se escuchó detrás de ellos no se habrían detenido. Tanto el rubio como él dejaron de moverse y el menor se giró a sus espaldas.

Detrás de ellos, Jaehyun luchaba contra la mano derecha del dominante. El capitán Jeong lo había tomado de la cintura en un intento por contenerlo y evitar que atacara a su jefe, al mismo tiempo Taeyong estaba intentando encontrar una forma de zafarse.

Mark sonrió con superioridad antes de girarse al alfa que mantenía sus ojos fijos en su omega que aún luchaba entre los brazos del alfa castaño. Yuta maldijo en voz baja, esquivando un golpe que el omega había lanzado a su cara y tomándolo de la muñeca lo alejo un poco de su persona.

Sus sentidos se agudizan, y aunque trata de esquivar el golpe a sus espaldas, es imposible, por lo que sólo siente un golpe seco en su omoplato. El alfa se vuelve de donde el golpe proviene y sin pensarlo mucho, le suelta una patada en el pecho al guardaespaldas del omega rubio, dejándolo en el piso.

Su atención se centra nuevamente en Taeyong, quien a podido soltarse del agarre de Jeong, soltando un golpe en el estómago y apuñalado su muslo izquierdo con la navaja que su propio padre le ha regalado, Yuta sonríe en afecto y serenidad al verlo controlar la situación, más lo detiene cuando nota que está apunto de atacar al alfa en el piso una vez más.

—Taeyong basta — El omega se detiene en el momento en el que escucha la orden en la voz de su jefe, baja la cuchilla más la mantiene entre sus manos,alerta a cualquier movimiento enemigo. Yuta le indica que se acerque hasta donde está, y el omega se levanta del suelo y comienza a retroceder a pasos pequeños de reversa.

Su mirada se mantiene fija en el hombre en el suelo así como en el omega y subordinados que han corridos a auxiliarlo y no es hasta que su espalda choca con el pecho de del alfa que se vuelve a mirarlo.

𝐃𝐫𝐚𝐠𝐨𝐧𝐟𝐥𝐲 -YumarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora