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Cinco minutos después de que Remus haya iniciado su turno entró el mismo chico al que la noche anterior había decidido regalarle uno de sus chocolates.

Ahora tenía mejor cara y traía una caja entre las manos. Se acercó al mostrador a pedir lo mismo de siempre: su café negro sin azúcar.

-Ey hola, ¿Cómo estás?- preguntó Remus entusiasmado porque el pelinegro le diga que estaba bien.

-Bien, ehh me das un...

-¿Café negro sin azúcar?- lo interrumpió Remus con una sonrisa.

-Sí...- esta vez Sirius le dedicó una sonrisa de vuelta.

-Tengo buena memoria.

-Claro.

[...]

-Café y una porción de torta de chocolate, cortesía de la casa- aclaró.

-Gracias- dijo dejando la caja que traía sobre el mostrador y la acercaba al castaño- Y gracias por el chocolate de anoche.

-No es nada, en serio.

-Es una caja de bombones, de agradecimiento.

-No puedo aceptarla, fue un regalo.

-Agárrala porque sino va a terminar en la basura.

-Bueno, gracias.

Sirius sonrió y salió de la cafetería.

Café negro, sin azúcar//WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora