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Remus volvió a salir esta vez con su pedido en vez de la carta en sus manos.

Le entregó su chocolatada a James y la taza de café a Sirius, dejando disimuladamente un chocolate en el plato de porcelana debajo de esta. El pelinegro le sonrió y él le devolvió la sonrisa, esa sonrisa tan llena de cariño que él tenía y hacía que cualquiera se olvidara de todos sus males. Cualquiera menos él, por supuesto.

-¿Y esas miraditas cómplices?- se burló James una vez que el castaño se había ido.

-¿Qué miraditas cómplices? pibe, déjate de joder.

-Ay, bueno, ¿Qué pasó? ¿Nos levantamos con la tanga cruzada hoy?

-Que rompepelotas que sos.

[...]

-Che morocho, ¿Me pasas la cuenta?- habló James haciendo la mímica de que escribía en una libreta.

-Ahí voy.

-No es morocho, es castaño- corrigió Sirius.

-¿No es lo mismo?

-No, un morocho es de piel morena, de ahí el morocho, por "mor", en cambio el castaño solo tiene el pelo marrón y listo.

-Es lo mismo- llegó a la conclusión James luego de la tan hermosa explicación de su amigo.

-Bue.

Café negro, sin azúcar//WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora