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El día siguiente volvió a ir a esa cafetería. Y el siguiente. Y el siguiente también. Todo esperando encontrarse con aquel lindo chico y hablar un poco, aunque sea solo para pedir su café.

-Ey hola, café negro sin azúcar- lo saludó Remus cuando llegó al mostrador. 

-Ese no es mi nombre-dijo Sirius levantando una ceja y cruzándose de brazos.

-Bueno, no lo sé y siempre pides lo mismo, así que a partir de ahora sí.

-Sirius.

-¿Eh?

-Ese es mi nombre, Sirius. Llámame por mi nombre, que por algo me lo pusieron.

-Ah, bueno. Un placer, Sirius, soy Remus.

-Lo sé.

-¿Cómo?

Sirius señaló el nombre en su delantal.

-Ah, claro, a veces me olvido que tengo eso- dijo Remus intentando disimular su vergüenza mientras le entregaba su café.

Sirius volvió a ir durante toda esa semana solo para ver a Remus, si seguía así se iba a fundir.

Café negro, sin azúcar//WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora