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Cuando terminó de vestirse bajó las escaleras y se dirigió hacia la cocina, donde ya se encontraba Remus y un desayuno recién preparado de huevos revueltos. Ambos se sentaron para desayunar, en completo silencio, hasta que Sirius decidió hablar.

-Entonces ayer...

-No te acordás de nada, ¿verdad?

¿Como lo sabía? No había sido tan obvio, ¿o sí?

-¿Cómo..- el más bajo no pudo terminar de hablar porque el de mayir altura lo interrumpió.

-No te conozco de toda la vida, pero tampoco te conozco hace dos días, Sirius, si te acordaras no habrías puesto esa cara cuando te pregunté si estabas bien más temprano.

No contestó, no sabía qué decir.

-Tranquilo, con todo lo que tomaste anoche era obvio que no te ibas a acordar de nada, pero tenía la esperanza de que lo hagas.

Otra vez Sirius se quedó callado sin saber qué decir.

-¿Podés decir algo? Por favor- le dijo Remus, quien ya no sabía que más decir.

-Me gustaría... ¿repetirlo?- dijo con vergüenza mientras miraba el piso, no podía mirar a Remus a los ojos, no mientras le pedía eso.

De repente Remus se levantó de su silla, por un segundo Sirius tuvo miedo, no sabía que iba a hacer Remus ni cómo había reaccionado ante su "propuesta". Sintió como alguien le rodeaba los hombros y acercaba su boca a su oído.

-¿Estás seguro de que querés hacerlo tan temprano?- le dijo Remus susurrando a su oído de manera sensual, para luego agarrar de la cara a Sirius y plantarle un largo beso en sus labios. Primero uno, luego otro. Para cuando se dieron cuenta ambos estaban desnudos en la cama con Remus besando el pecho de Sirius.

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Yo no escribo detalles, esto es todo lo que puedo ofrecerles.

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⏰ Última actualización: Jul 03 ⏰

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Café negro, sin azúcar//WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora