XVII

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Los pensamientos del mexicano fueron interrumpidos por el sonido de la puerta donde había desaparecido el rubio.

Se acomodó en la cama y miro su celular cómo si fuera lo más interesante de la habitación.

— Creí que ya te habías ido. —

Max caminó a su closet mientras secaba su cabello y elegía un conjunto de ropa que tapara la marca de su nuca.

— Estaba pensando que no puedo salir así, entiendes?

Sergio miro a Max qué estaba de espaldas, y esa marca que adornaba su nuca le hizo sentir un cosquilleo en todo su cuerpo.

— Y... que quieres que haga? — la voz del ojiazul era plana casi como una línea

— Quiero que vayas por ropa a mi habitación —

— Yo? Por que debería? Además tengo cosas que hacer ahora — colocó su reloj en su muñeca y acomodo su camisa

— por dios... solo hazlo, si? — la paciencia del mexicano llegaba a su límite con Max demasiado pronto

El rubio suspiró y rodó los ojos, se vistió y salió de la habitación sin decir nada, Checo apretó los labios sin saber si el rubio obedecerá.

La situación era horrible para el pecoso, se sentía avergonzado y tonto, hasta ahora no había pensado en si hubiera quedado en cinta... o si alguien los descubriera en el acto. Ésto podría afectar su trabajo? Sería incómodo para él estar hablando por casi 3 horas con la mirada del rubio sobre él y atento a cada movimiento que hacía con el cuerpo, en especial hacia donde miraba, era difícil ver esos ojos azules profundos.

— Deberías renovar tu closet —

El conjunto de ropa limpia fue lanzado a la cama, Checo torció la boca con disgustó. Él sabía perfectamente que su ropa no era demasiado lujosa o llamativa, pero no se vestía como payaso.

— De que hablas? Es ropa formal — Michel habló seco

— Ropa formal un pantalón beige y suéter azul marino? — Max río burlón mirando a Michel de arriba a bajo.

— Así cómo juzgas deberías aprender a respetar. — habló en voz baja pero lo suficientemente para que fuera escuchado por el ojiazul.

El rubio chasqueo la lengua y se acercó a Michel, puso su mano sobre su mentón para obligarlo a mirarlo, se sentía bien poder tener ese control, Checo también perdía la compostura y se dejaba manipular un poco, nisiquiera se movió o hizo algún gesto de reclamó.

Max se inclinó a la cara del mexicano, casi podía sentir la respiración del neerlandés chocar y mezclarse con la suya.

Una sonrisa burlona adornaba el rostro del rubio a la ves que soltaba al contrario.

— Volveré para mi clase de la tarde, no olvides tus obligaciones, Sergio. — él rubio salió de la habitación no sin antes impregnar al Omega con sus feromonas.

Checo se quedó sólo en la habitación mirando la puerta, esa sensación de estar con él rubio le hacía sentir diferente, cómo si todo hubiera cambiado de forma drástica.

(...)

Michel se encontraba por los jardines traseros de la casa, caminaba de aquí para allá mirando las flores, también podía ver a la gente jugar golf, no tenia idea de quienes eran...

Tomó su celular y decidió llamar a su hermano, tenía la necesidad de contarle lo que sucedió pero tampoco quería decirle que fue un estúpido.

— Hola? — habló Pato desde la otra línea

Tutor Privado / ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora