XXIII

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El tono de llamada resonaba en la habitación, el aire pasaba por las ventanas ligeramente abiertas soplando las cortinas, y un Omega envuelto en mantas blancas intentando tomar su celular de la mesita de noche.

- Diga? - con voz ronca respondía antes de volver a recostarse en la cama

- Hermanito! Cómo estás? Todo bien? La última vez me dejaste colgado - Exclamó Pato, el hermano menor con desacuerdo por la forma de comportarse de su hermano

- Perdóname, estaba atendiendo unos asuntos, dime, tú estas bien ó...? - Sergio quería evitar el tema a toda costa, recientemente estaba analizando lo que había hecho con su jefe.

- Estoy bien, solo quería decirte que ya me iré al aeropuerto, llegaré en la madrugada, estoy pensando en quedarme en el hotel de ya sabes quién- Sergio se tenso un poco al escuchar a su hermano...

- Y él te dijo que fueras ahí o es tu decisión? -
Sergio no entendía porqué cuando el se quedo a vivir ahi, estaban ordenando desalojar a todo aquel que se estaba quedando.

- Él me lo dijo, además de que remodelaron las habitaciones, son casi de lujo- La emoción a través de la voz de su hermano menor le daba cierta desconfianza, algo no estaba bien con slim, y ahora se estaba dando cuenta.

- Cuándo estés aquí avísame, iré de inmediato por ti al aeropuerto- No era una sugerencia, era una orden.

Se levanto de la cama atento a la llamada, envolvió una sabana en su cintura y camino al closet de Max, miró el interior buscando ropa para robarla e ir a su habitación, a pesar de tener su conjunto en el suelo, no iba a volver a ponérselo, estaba sucio.

- Te lo diré, claro que si, sino a quien más? - Una risita se escuchó por parte del otro Omega

- Más te vale, no quiero ir a las prisas por ti - Tomó una camisa de Max y la acerco a su nariz inhalando el aroma del Alfa, su Omega ronroneo. - Adiós, ten cuidado.

La llamada se corto y Checo tiro su celular a la cama, abrazo la camisa del Alfa y se la colocó encima, las mangas pasaban de sus dedos, la talla mucho más grande envolvía su cuerpo por completo. Unas manos tomaron la cintura del pelinegro quien dio un salto de sorpresa.

- Qué estás haciendo?.. - La voz ronca de Max sobre su cuello le dio escalofríos de satisfacción.

- Quería ponerme ropa - Michel envolvió sus manos sobre las de Max y giro para quedar cara a cara.

Tomó las mejillas del rubio acunandolas entre sus dedos, sus ojos viajaron de sus labios a sus ojos azules que tenían un brillo diferente a otros días.

- Quería hablar contigo - Las palabras de Max eran directas, como siempre, una mueca de confusión se formó en el rostro del pelinegro- Mi padre habló conmigo sobre algo... y temo que tu tengas que ver con ello

- De que se trata? - la voz desconcertada y confusa se colaron en la garganta del mexicano, quien quito sus manos de las mejillas del contrario y las dejó caer a sus costados, inmediato el rubio las tomó y entrelazo sus dedos con los de él.

- Primero vamos a empezar él día... después hablamos - por primera vez no era tan exigente sobre una discusión que tenia que ver con su padre, pero esto solo lo sabía Max.

- Estás seguro? No quiero causar problemas si es algo importante - Michel no tenia idea...

- vamos a tomar un baño... ven - Max ignoro las palabras del pecoso.

Lo tomó de la cintura y lo guió al cuarto de baño.

●●●

Tiempo después se encontraban terminando de comer, uno frente al otro sin mucho que decir entre la comida, el silencio siempre fue así entre ellos, no era incómodo pero Michell aún no se acostumbraba a ello, a diferencia de su familia, siempre tenían alguna anécdota que contar, alguna situación de día o un plan para más tarde.

Tutor Privado / ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora