Estrellas fugaces

Capitulo 1: Un lugar al que llamo hogar.

Todo empezó un caluroso día de verano, un 650 D.C. (Después de la Caída), en el Valle de las estrellas, un lugar alejado de toda civilización, por lo que es muy pacífico, algo soso si me lo preguntan dado a qué no hay muchas cosas por hacer, más que aprender habilidades básicas con la abuela, como leer, escribir o resolver problemas matemáticos; y realizar trabajo de campo con el abuelo.

El valle es propiedad de la familia Stark, un espacio muy natural, lleno de flora y fauna de todo tipo, por lo que nunca hemos tenido la necesidad de salir o esperar a que alguien del exterior llegará. En sus límites se encontraba una espesa niebla que dificulta la visión, a su vez de que se hace muy difícil respirar al querer atravesarla. Está mantenía alejada a todas las personas malisiosas, a su vez de ocultar nuestra presencia del resto del mundo.

-Arthur- Zzzz....

-Nick- Hey idiota, despierta! Ya se nos hizo tarde para el desayuno.

El es Nicholas Stark, o como todos lo llamamos, Nick o Nicky, un niño de 8 años con el cabello negro azabache algo despeinado, de fisonomía delgada y siempre carga con unos lentes oscuros que tapan sus ojos. Aparentemente es para mejorar su visión debido a su miopía, pero si fuese el caso usaría los típicos lentes transparentes, yo creo que en realidad los usa por un complejo, teme que sus ojos rojos como la sangre asusten a los demás niños.

A pesar de su apariencia, es alguien de fiar, un ser muy tranquilo y maduro para su edad, eso lo hizo algo popular con algunas niñas del valle. Aunque no creo que lo noté alguna vez, es de esas personas que se quedan inmersas en su mundo.

-Nick- Me escuchaste idiota? Nos perderemos el desayuno, no quiero que la abuela nos regañe y menos por tu culpa.

-Arthur- Te oí la primera vez, no hace falta que me lo repitas, anoche no dormí de la emoción, hoy empezamos con las clases del abuelo así que vámonos ya.

-Nick- Te entiendo, pero al menos lávate la cara, sabes que la abuela no te aceptará así en el comedor, y menos nos dejará sentarnos en la mesa con esa apariencia.

-Arthur- Mira quién lo dice, sr. despeinado. Pero te tomaré la palabra e iré a prepararme, tu adelantate.

Así fue como inicio mi dia, al llegar al espejo del baño, noté un ligero cambio en mi apariencia, quizás se deba a que no suelo prestar atencion a como me veo, ya que siempre tenía cosas más importantes que hacer.
Entonces note como mi cabello marrón se veía más largo y mis ojos verdes como un jade se veian cansados debido a la falta de sueño, ojalá el abuelo no lo noté.

A diferencia de Nick, yo soy el extrovertido en esta amistad, o sea el que inicia las aventuras y a su vez los problemas. Por lo que no es raro que yo también sea popular en el rancho con los demas, ojalá las niñas se dieran cuenta de eso, o por lo menos Chloe, la niña más bella que haya existido en la faz de la tierra, si no es ahora, algún día la impresionare con mis logros como héroe.

Llegando al comedor pude notar el ligero aroma a los famosos pancakes de la abuela, ya puedo saborear la miel, la mantequilla y su famoso té de hierbas locales. Dentro pude apreciar a m todos los niños del rancho, ellos eran mis amigos y familia no sanguínea.

-Simón- Llegas tarde Arty....

Dijo el abuelo con una cara sería y sin expresion.

-Arthur- Lo lamento mucho abuelo

Dije con una cara triste de perrito regañado para evitar el castigo

-Arthur- no sucederá otra vez, solo que...., bueno verás.....

-Simon- Te ganaron los nervios verdad?, te conozco muy bien hijo, yo te crié. No importa, come bien porque hoy lo necesitarás.

El abuelo Simón, un hombre ya mayor de unos 68 años, muy enérgico y fuerte para su edad. Alguna vez fue un importante caballero, según él, salvo a la humanidad un par de veces, conoció personas muy importantes y vio los paisajes más bellos que existen en este basto mundo, pero dejo todo eso atrás cuando encontró un tesoro aún mejor.
Una mujer que lo hace feliz todos los días, junto a una gran familia amorosa, conociendolo no se que tanto será verdad, aún así quiero creer que todo es real.