Los siglos pasaban renovando permanentemente el flujo del tiempo, la vida es un ciclo que se repite constantemente de la misma manera equilibrada, por ende conlleva cambios que se van dando a través de ese tiempo transcurrido, para bien de unos o para mal de otros, el trabajo del Olimpo es adaptarse a esos cambios terrenales, los dioses entendían esos procesos evolutivos tanto del tiempo como de la humanidad misma, lo que no podían entender era como el alma humana a veces podía ser tan perversa y hasta sádica consigo misma y con los demás.
De todos los dioses el único que lo entendía era Taehyung, ya que el se dejó llevar por sus pasiones, siendo está la peor carga que lleva su corazón.
Él mejor que nadie entiende hasta dónde se puede llegar cuando se confunden los sentimientos, dejándose arrastrar por ellos, haciendo que una simple atracción se convierta en una obsesión desbordante que podía llegar a volver loca su mente condenando su alma y corazón.
La pasión fue lo que lo impulso a querer a esa bella sacerdotisa que daba ofrendas en el templo de Atenea, su belleza lo atrapo, pero lo que más codicio fue la devocion y el amor por la diosa lo que lo llevo a querer eso para él sin pensar en las consecuencias que eso traería.
El dios pensó que como Namjoon la mujer caería ante sus encantos se rendiría a sus pies y obtendría esa devoción que en un principio eran solo rezos, ofrendas y el amor infinito puro de la adoración hacia los dioses.
El dios se presentó ante ella con su poderío y gallardía tratando de deslumbrar a la joven, el corazón sencillo y noble de la sacerdotisa no ponía atención a esas cosas, conosia la vanidad de los dioses por los relatos sobre el dios supremo del Olimpo, entonces haciendo una reverencia y manteniendo la vista en el suelo hablo:- Señor de los mares que lo trae al templó de mi diosa, presentándose delante de mi una simple e insignificante mortal - hablaba y todo su ser temblaba ante tal presencia.
- Vine a ver la devoción de los humanos en especial la tuya queriendo esa misma devoción para mí - pronunció el dios, viendo que la sacerdotisa no lo miraba - tanto miedo me tienes que no alzas la vista - demando el dios con voz firme pero dulce a la vez.
La sacerdotisa levanto la vista, el rey del mar quedó deslumbrado ante su belleza, esa piel de porcelana coronada por unos ojos verdes como el inmenso oceano.
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Un alma para Hades ( Saga Olímpo Libro #1) Especial Cumpleaños De Hoseok
FantasíaQue pasaría si Hades no fuera el ser tan temible como todos piensan? Que sera lo que su alma anhela cuando la crueldad terminará consumiendolo y lo unico que necesita es ser querida ? El Inframundo no es un lugar para encontrar el amor. Hades no pe...