53-Mi angelito

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Hünkar sabía que la casa se llenaría de luz cuando estos pequeños estuvieran con ellos, al igual que cuando Leyla, Kerem Ali y Adnan los visitaron.

———𖧷———

Todos estaban sentados en la mesa, ya había caído la noche, Nazlı se había comido todo lo que Nazire había dejado en la mesa, Hünkar la miraba con compasión.

N: Si necesita algo más, señora, hágamelo saber.

H: No es necesario Nazire, muchas gracias, ya puedes irte, yo me encargaré de todo.

Naz: Sra. Nazire, muchas gracias por la comida, - sus mejillas se llenaron de comida - todo está delicioso.

H: Mi pequeña, -la estaba limpiando con una servilleta-come tranquilamente, no quiero que te duela el estómago.

N: Me alegro que te haya gustado, buenas noches, nos vemos mañana.

H,AR: Igualmente Nazire.

Hünkar sostenía a Ümüt en brazos, alimentaba al pequeño con las cosas que Nazire había preparado, le limpiaba las mejillas y le dejaba besitos en la cabeza.
Ali Rahmet se emocionó al ver esto, era una imagen muy hermosa, delicada y emotiva que hizo que su corazón se volviera frágil.

H: Ümüt, tranquilo mi niño, ya casi casi está terminado.

AR: Mi amor si quieres dámelo y come, no has comido casi nada.

H: No mi amor, ya casi termina, entonces luego comeré.

AR: Hünkar, no quiero que empieces como antes, -Hünkar se sonrojó- estás muy hermosa así, no hay necesidad de esto.

Naz: Toma, tú también puedes comer el mío, - Dejo el bollo de arroz - De todos modos ya estoy llena.

H: Mi dulce niña, -le dejo un besito en la cabeza- Puedo comerte tan dulcemente, no hay necesidad de eso mi vida, me sirvo yo misma ahora.

AR: Nazlı, dime, ¿Hünkar no es realmente hermosa?

Naz: Sí Sr. Ali Rahmet ,ella es una mujer muy hermosa, sus ojos, cabello y sonrisa son muy hermosos.

Incluso la pequeña Ümüt aplaudió como si entendiera a su hermana.

AR: Ya ves mi amor, somos uno contra tres, -Hünkar se sonrojó- hasta los más pequeños lo notan, así que no son solo mis ojos.

H: Está bien, está bien ahora comeré algo.

La comida continuó entre risas y las diferentes historias de Nazlı, que hicieron reír a Hünkar y Ali Rahmet.

———𖧷———

La casa de Melek

Kerem iba y venía de un lado a otro, el más tranquilo era İbrahim Bey.

Ibr: Ya es suficiente, me vas a marear.

K: No puedo calmarme, abuelo, su fiebre aún no ha bajado, está empeorando.

Ibrahim volvió a mojar el pañuelo y se lo puso en la frente a Melek.

Ibr: No te preocupes niña, te mejorarás pronto.

Melek le dedicó una pequeña sonrisa, se sentía cansada y le dolía la cabeza.

M: Estoy tranquila, abuelo... -susurro en voz baja- dile a Kerem, está muy nervioso...

Kerem se acercó a la cama, tomó la mano de Melek y le dejó besitos.

K: No quiero que te sientas mal, no me gusta verte así.

Superar el dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora