龙 : 05

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( i think we're alone now )


Jimin había pasado encerrado en casa toda la semana, apenas saliendo de su habitación para las comidas y para recibir los regaños de su madre. Estaba aislado en su burbuja de pensamientos que no dejaban de atormentarlo.

No eran únicamente pensamientos, eran sueños y memorias, sensaciones que los perseguían desde el amanecer hasta el anochecer, e incluso a veces durante el amanecer.

Las duras y grandes manos de Yoongi rozando su columna, tirando de su corbata para mantenerlos bien cerca; sentir el calor de su vientre contra el propio, apretando sus cuerpos juntos; su mirada feroz y masculina escrutarlo como si lo tratara de desnudar en cuerpo y alma; sus pechos tocándose y los pies ajenos entrometiéndose entre los propios.

Era como si Jimin sintiera las llamas del infierno en sus yemas y le encantaran a pesar de que quemaran tanto.

Sí, le encantaba, y eso lo hacía mil veces peor.

Quizás era porque él esperaba una flama ardiente, pero se topó con un roce cálido, que le hacía latir el corazón y era malo. Muy malo.

Al menos esa era la metáfora que Jimin había formado en su mente el miércoles a las dos de la mañana, cuando no lograba dormir porque no dejaba de escuchar los gritos de sus padres afuera.

Últimamente gritaban más de lo usual, y creyó haber escuchado una bofetada el día anterior, pero era incapaz de salir a ver qué ocurría. Mejor fingir que no existía.

Jimin había tenido un sueño una noche —no es como que recordara exactamente que se trataba del martes, veinticuatro de septiembre—, donde Yoongi lo besaba. Realmente lo besaba, justo en los labios.

Sus lenguas no se tocaban, las manos de ambos estaban estáticas pegadas a sus propios cuerpos y apenas era un beso de niños, donde sus labios chocaban por unos segundos. Seguido de esto, su boca empezaba a arder, como si hubiese comenzado un fuego en ella.

Con fuego y todo, Yoongi lo había besado de nuevo, pero esto solo hacía que quemara más y más; todos los lugares que Min besaba, empezaban a calentarse exageradamente. A lo lejos su madre lo miraba, pero no se molestaba en hablar, solo lo miraba arder, hasta que Jimin empezó a sentir que el aire se le acababa y despertó.

Estaba sudado, temblando y sentía náuseas. Tardó media hora en recomponerse, y casi comenzó a llorar, pero en su lugar estrelló su puño contra las almohadas hasta que su rabia se iba.

Claro, porque todos estos días había estado sumido en la ira, en el enojo, en la frustración. Sus nudillos demacrados por el tiempo que había pasado golpeando muebles, paredes e incluso el suelo mismo.

El jueves, es decir, el día anterior, tuvo otro sueño. Este para él fue mil veces peor, pues soñó que estaba desnudo en el gimnasio, sin embargo, este estaba cerrado y solo estaba él de pie en medio del ring, siendo observado por Yoongi desde los asientos del público.

Luego de escudriñarlo durante lo que se sintió una eternidad para Park, el pelirrojo subió al ring y lo besó en los labios, esta vez con lengua de por medio, haciendo que le costara seguirle el paso por su velocidad y profesionalismo. Lo besaba tan bien que sus piernas le temblaron.

Unos cuantos besos después, Yoongi se puso de rodillas y...

Jimin despertó.

La tenía dura en su pijama y sudaba tanto que sentía que estaba en pleno verano. Le dolía el pene y su boca estaba totalmente seca. Apenas eran las cinco de la mañana y tuvo que entrar a la ducha para refrescarse y tratar de bajar esa erección que lo había hecho enojar.

Dragon Empire | myg + pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora