Antoni sonríe con satisfacción cuando Vladimir grita de agonía. Mi garganta quema cuando suplico que lo deje ir. Él niega, ladeando la cabeza de un lado para otro. Grito cuando inyecta más mierda en su cuerpo. Cada segundo, mi hermano está perdiendo la cordura.
-No es verdad, Vladimir. Todo eso es mentira- le grito. Pero él no entra en razón, sigue pidiendo por mí. La cabeza me da vueltas y me están dando ganas de vomitar.
-Antoni, por favor- él suelta una risita sutil. Saca otra jeringa. Esta es diferente, es más pequeña. No sé por qué, pero el miedo y la desesperación me consumen.
-En la Bratava tienen una ley: sangre por sangre- trago grueso. Mis ojos se llenan de lágrimas. Niego, tragándome el nudo en la garganta.
-Pues el día de hoy daré por cobrada esta deuda, sangre por sangre, hermano por hermano - bien termina de decir eso, la cruz cae al suelo. Mi cabeza rebota contra la madera y el aire se me escapa.
-¡Selena!- el grito desgarrador de mi hermano me hace mover las manos con tantas fuerzas que los clavos salen. La tierra y mi ropa se manchan de sangre. Trato de agarrar el metal que está perforando mis pies, pero mis manos no tienen fuerza.
-Por favor- murmuro una y otra vez. Levanto la mirada para no ver a nadie, solo está Vladimir a unos metros de mí. El italiano y sus hombres desaparecieron con sus camionetas. Mi hermano levanta la cabeza, la sangre brota por su boca, nariz, ojos y oídos. El miedo me consume. De un movimiento, arranco el clavo.
-Vlad- trato de correr hacia él, pero mi cuerpo cae con fuerza en el suelo. Me arrastro con dificultad.
-Por favor- el cuchillo de Ali está a un costado. Lo tomo para cortar las cuerdas que lo mantienen en la silla.
-Resiste, te lo suplico. Todo saldrá bien- coloco su cabeza en mis piernas. Mis manos tiemblan y no puedo parar de llorar.
-Hermana, mi gran hermana mayor- murmura con dificultad. Sonríe con debilidad. Niego, tratando de encontrar una solución.
-Por favor, Vladimir, resiste. Te necesito, por favor- pido una y otra vez. Él levanta la mano con lentitud y limpia mis lágrimas, manchando mi cara de su sangre.
-Lo lamento, no pude salvarte- susurra con dificultad, tose sangre. Yo niego.
-Te amo mucho, hermana- mi labio inferior tiembla. Yo niego, no puedo respirar.
-Mátame, no dejes que su veneno me mate. No permitas que viva en un mundo donde no pude proteger al ser humano que más amo- me niego a tomar el cuchillo, pero verlo en tal estado, me hace sujetarlo con fuerza.
-Te amo mucho, mi hermanito- mi voz sale entrecortada. Él sonríe con debilidad, y sin más, le perforo el corazón, acabando con su agonía y haciendo más grande la mía.
Un grito lleno de dolor es arrancado de mis pulmones, uno tras otro. Mi garganta duele, mi frente toca la suya, mis lágrimas caen sobre él. Mis manos se aferran a él con tanta fuerza que abren más las heridas de mis muñecas. Ruego sin descanso, sintiendo como me quedo sin ganas de vivir, como si me hubieran arrancado el corazón del pecho y lo hubieran aplastado. Antoni Mascherano me dio donde más me duele, una sonrisa débil y llena de tristeza aparece en mis labios. Me ha destruido, su plan salió a la perfección, pero existe un daño colateral, y soy yo. Ninguno saldrá con vida. Mataré a todo aquel que lleve el apellido Mascherano. Padre cazó a los Lazareva, pues los italianos son míos.
-Selena- mi nombre sale de la boca del coronel, que esta descendiendo de un helicoptero su padre, Patrick, Simon y Bratt lo acompañan. Yo niego, negándome a que esta mierda esté pasando.
-Si te llamas así, no- habla con ironía. Me pongo de pie con dificultad. Mi corazón pende de un hilo y tenerlo enfrente con la mirada vacía me hace querer desaparecer.
-Te lo puedo explicar- tartamudeo. Él niega, soltando una carcajada sarcástica. Sacando su arma, me apunta directo a la cabeza. Yo cierro los ojos, queriendo que jale el gatillo.
-¿Quién mierda eras?- grita preso del enojo. Yo niego, mi labio inferior tiembla, mis amigos me miran sin conocerme. El Ministro está peor que su hijo.
-Ya sabes esa respuesta- mi voz titubea. Él niega, corta la distancia entre nosotros, no baja el arma, haciendo que el cañón pegue en mi frente.
-¿Quién mierda eres?- grita nuevamente. Suelto el aire de mis pulmones, una sonrisa débil adorna mis labios.
-Mi nombre es Selena Romanova, hija del Boss, soy el Underboss de la Bratava- confieso. El mundo me da vueltas, sus manos tiemblan.
-¿Alguna vez me amaste o solo fui una maldita misión para ti?- una carcajada ahora es arrancada de mis labios para negar.
-Qué iluso es, Coronel. ¿Cómo amar a un hombre como tú?- bajo el arma y yo me quito el anillo de compromiso. Me arranco el collar que me dio años atrás y se los tiro. Él los atrapa, su mano se hace puño, mi garganta quema mi corazón duele y mis piernas quieren correr hacia el, quiero rogar por su perdón pero ya es muy tarde
-Corre, Selena, porque la próxima vez que te tenga enfrente, te vuelo la cabeza- advierte. Doy un leve asentimiento para tomar a mi hermano. Mis ojos viajan hacia la única camioneta del lugar. Me monto en esta, dejando a Vlad en la parte trasera. Le doy un último vistazo a Christopher.
-perdón- la palabra queman mi garganta. Él niega y yo arranco, dejando atrás una vida que solo fue una ilusión para mí. La ilusa fui yo. Me enamoré perdidamente de un Morgan, soñé una vida a su lado cuando mi futuro ya estaba escrito y no era a su lado. Soy Selena Romanova y soy el karma de la mafia italiana. Seré la responsable de extinguir a un clan entero y la responsable de llevar a mi apellido a la cima de la pirámide. Soy el Underboss de la Bratava.
GRACIAS POR LEER LOS AMO, UNA DISCULPA POR NO PUBLICAR ANTES
LES QUERÍA PREGUNTAR ALGO, QUERÍA VER SI NO QUERÍAN QUE HICIERA UN FANFIC DE OTRA COSA, USTEDES DÍGANME DE QUE Y SI LO CONOZCO LO HARÉ
LOS AMOO🫀🫀🫀
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🫀ENCRUCIJADA🫀
RomanceSelena Romanov Lazareva, primogénita de Ilenko Romanov, fue criada como una mujer de la Bratava mata a sangre fría, todos conocen su nombre y que tan peligrosa es, todos saben que el Boss tiene a su primogénita , todos reconocen lo letal qué es, per...