Abro la puerta con brusquedad y salgo a zancadas con Naruto pisándome los talones. Este es un lugar de trabajo. Tengo cosas que hacer en mi escritorio, no encima del de Naruto. ¿En qué estaba pensando? No estaba pensando, obviamente. Naruto y su cara perfecta me han cegado.
Y su lengua.
Oh, Dios. Ha... había olvidado que Shino estaba aquí fuera. Y sé que es imposible que no se haya dado cuenta del largo rato que he pasado en el despacho de Naruto con la puerta cerrada porque su silla está orientada en esa dirección y está comiendo palomitas.
Literalmente. Tiene una bolsa de palomitas de microondas en la mano y está relajado en la silla, con una sonrisa de idiota en la cara. Nos mira a mí y a Naruto, y entonces echa un vistazo al reloj mientras se lleva otro puñado a la boca.
—Llegas tarde a la reunión de Hannover —le dice a Naruto con una sonrisa apenas contenida—. Te están esperando.
Naruto suspira detrás de mí y empieza a caminar con vacilación cuando Shino se gira en la silla y me grita «¡No almuerces sin mí, Hinata!» mientras vuelvo pitando a mi propio escritorio.
Me dejo caer en la silla y muevo el ratón para encender la pantalla del ordenador. Bajo el escritorio, mi pie rebota tanto que me tiembla la pierna. Suelto el aire e intento calmar la adrenalina que me recorre el cuerpo.
«Solo respira, limítate a respirar. Actúa con normalidad. Actúa como si Naruto Uzumaki no acabara de tumbarte en su escritorio y comértelo todo». En el trabajo. A plena luz del día. Oh, Dios. Y lo del dedo.
Me remuevo en la silla al recordarlo. Porque me he sentido bien, me ha gustado. Me ha gustado sentir su dedo en el culo. Me he corrido cuando me ha metido el dedo en el culo. Me cubro rápidamente la cara con las manos por la vergüenza que siento. Eso no puede ser normal.
Así que no soy normal. Pero se supone que debería estar actuando con normalidad. Dejo caer las manos sobre el teclado. Solo estoy trabajando. Para eso me pagan, para que trabaje. No para dejar que el señor Uzumaki me dé placer un día laborable.
Un momento. ¿Eso me convierte en una prostituta? Aunque practicar sexo no está entre mis tareas, ha sido más bien un extra. Espera, eso no mejora nada. Da igual, estoy siendo ridícula. Está bien.
Todo está bien.
—Buenos días —me dicen desde atrás y casi salto de la silla. Es Sasuke, y parece sorprendido por mi reacción.
—Lo siento. Me ha asustado.
—Estabas muy concentrada en el trabajo —contesta con una relajada sonrisa—. Te he dado los buenos días tres veces hasta que me has oído.
—Sí, debe de ser eso —coincido rápidamente, agradecida por la excusa.
—¿En qué estás trabajando? —pregunta, y echa un vistazo a la pantalla.
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La Aventura
RomanceTodo comienza con un sí - Adaptación a los personajes de Naruto - Protagonistas Naruto y Hinata - La historia imágenes y personajes no me pertenecen, créditos a sus respectivos autores.