EXTRA

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10 años más tarde
Entrega de premios Prix Versailles de Arquitectura y Diseño, Versalles, Francia.


-Y el ganador en la categoría "Campuses" del Prix Versailles de este año es...- el presentador hizo una pausa dramática y finalmente anunció al ganador -¡El arquitecto Sergio Michel Pérez Mendoza! Por la construcción del Instituto de Bellas Artes en la Ciudad de Santiago de Querétaro, México.

El creciente ruido de los aplausos llenó la sala, en las pantallas en el escenario se proyectaban fotografías del edifico antes mencionado. Un reflector iluminó al arquitecto galardonado, quien se levantaba de su mesa para después caminar hacia el escenario, no sin antes recibir un fuerte abrazo y un beso en la mejilla por parte su acompañante. Sergio caminó con algo de prisa, siendo seguido en todo momento por la luz del reflector, un par de personas le detuvieron en su andar para poder estrechar su mano y felicitarlo, cuando finalmente pudo llegar hasta el escenario, el presentador le hizo entrega de un pequeño pero hermoso trofeo. La sonrisa de Checo era gigantesca, el hombre no cabía de felicidad, lucía tan radiante, tan regio, los aplausos no cesaban y él solo agradecía con la cabeza esperando pacientemente el momento en que pudiese tomar el micrófono. Estaba tan nervioso, este premio era uno de los más importantes dentro de la arquitectura y definitivamente el mayor logro de su carrera, de pronto el nerviosismo se arremolinó en su estómago y las manos comenzaron a sudarle, tenía listo un discurso, claro, pero de último momento su memoria parecía traicionarlo. Se tomó unos momentos para respirar, para calmarse, con la mirada buscó a su lugar seguro, a su apoyo incondicional y, cuando lo encontró, la fuerza y la seguridad regresaron a su cuerpo, dándole el valor para comenzar a hablar.

-Buen día a todos, me siento profundamente honrado al recibir este reconocimiento...- comenzó, sujetando aquella pieza entre sus manos, dándole una rápida mirada antes de continuar -Desde que era un niño supe que mi destino era crear, idear y construir sueños, materializar espacios que no solo sean bellos, sino refugios para el desarrollo y el crecimiento humano. Ser arquitecto ha sido uno de las mayores logros de mi vida, es mi vocación, es mi pasión y el día de hoy me siento inmensamente feliz de obtener este reconocimiento- hizo una pequeña pausa para poder humedecer sus labios y tomar aire para continuar -Quiero agradecer a mi familia, quienes me dieron el apoyo y tuvieron fe en mí para cumplir con este sueño; a Force One, por haberme dado la oportunidad y la confianza para participar en todos esos proyectos que me han traído hasta aquí, al día de hoy; quiero hacer una especial mención a Fernando Alonso, mi mentor y mi amigo, sin tu guía y sin tu apoyo sé que esto habría sido aún más difícil de conseguir. A mi buen amigo el arquitecto Carlos Sainz, quien no solo ha sido un extraordinario compañero, sino también un consejero y un soporte siempre que le he necesitado...- hizo una nueva pausa, sonriendo un tanto cohibido, ya que el siguiente agradecimiento definitivamente sería el más personal -y bueno...nada de esto habría sido posible sin la motivación ni la inspiración adecuadas, y hoy puedo decir que yo he tenido la suerte con encontrar ambas en el mismo lugar; quiero agradecer a la persona que me ha acompañado durante todo este proceso, quien no solo ha sido un soporte y una maravilloso compañero de vida, mi esposo Max Verstappen...- Su mirada rápidamente encontró la de Max, quien le veía desde su lugar en la mesa, mirándole tan lleno de orgullo y de pronto el discurso se convirtió en una conversación solo entre ellos, ya que Sergio lo dirigió hacia él -Cuando nos conocimos te dije que algún día sería un arquitecto famoso- rio con complicidad -No sé si hoy pueda decir que soy famoso, pero estoy seguro de que soy exitoso, no solo por este premio, que repito, es un gran honor, pero puedo decir que soy exitoso porque hoy, aquí, frente al mundo, puedo decir que soy inmensamente feliz. A lo largo de estos años he conocido una cantidad innumerable de países y ciudades, he conocido muchísimas culturas, paisajes tan hermosos e increíbles, casi de fantasía; he probado y aprendido desde distintas perspectivas y opiniones. Sé que he crecido y madurado y que mi visión del mundo no es la misma que la de hace veintidós años, cuando te conocí. Pero hoy puedo decirte, con plena seguridad que, de todos, tú has sido el mejor de mis viajes. Has sido la historia y el recorrido más hermoso haya podido hacer a través del tiempo, tu compañía y tu amor me han ayudado a crecer y a convertirme en el hombre que hoy soy, este premio también es para ti Maxie...te amo- cerró ese discurso con un nudo en la garganta, mirando en todo momento a los ojos de su esposo, quien hacía lo propio por contener las lágrimas y solo sonreírle desde la distancia. De nuevo los aplausos resonaron en la habitación, Checo hizo una reverencia al público y bajó del escenario con su trofeo en sus manos.

Aún con la emoción haciéndole temblar las piernas, llegó hasta su mesa, donde fue recibido por Max, quien no tuvo pudor alguno en plantarle tremendo beso de felicitación, haciéndolo sonrojar cual adolescente, quizás su cabello ya pintaba algunas canas, pero todo aquello que su esposo seguía provocándole, aún lo hacía sentir como un puberto con las hormonas alborotadas. En más de una ocasión Checo se había preguntado qué habría sido de él, qué habría sido de Max si aquella tarde de verano en Marsella él no hubiese sido asaltado y hubiese continuado su viaje tal y como lo había planeado ¿En algún momento se habrían encontrado? ¿Se habrían enamorado? ¿Habrían llegado a unir sus vidas a través de otros caminos? Jamás obtendría las respuestas, pero siempre llegaba a la misma conclusión y agradecía infinitamente al universo por haberlo llevado a caminar por aquella carretera.

Al finalizar el evento, fue momento de reunirse con sus amigos para tomarse la fotografía del recuerdo. Fernando y Carlos se encontraban ahí con sus respectivas parejas, Charles había obligado a Carlos a llevar un ramo de flores para felicitarlo y Checo las recibió felizmente sabiendo que ese era por completo un obsequió del bailarín y no de su mejor amigo. Todos posaron con enormes sonrisas, inmortalizando este recuerdo en una fotografía que ya tenía un lugar asegurado en la barra de fotos en casa de Checo y Max.

Después de muchos minutos más, salieron de Versalles. Max y Checo caminaban de la mano por uno de los pabellones del jardín, era temprano, el sol aún iluminaba su camino. Ambos ya lucían como dos hombres maduros, aunque habría que decirlo, lucían incluso más atractivos que antes. Checo mantenía esas sonrisas deslumbrantes y Max parecía un león que caminaba con pisadas firmes y la barbilla siempre bien en alto, era difícil cruzarse con ellos y no voltear a verlos. Mientras andaban de camino hacia su auto, Max volvió a felicitar a su encantador esposo

-Estoy muy orgulloso de ti, minj stralende ster, lo has hecho maravillosamente bien. Me hace muy feliz poder acompañarte en un logro como este

-Gracias Maxie, a mí me hace inmensamente feliz tenerte a mi lado...todo lo que dije en mi discurso...

-Lo sé, amor- lo interrumpió Max, sonriéndole con un poco de travesura -Cumpliste tu promesa y me añadiste en la sección de agradecimientos

Checo rio y luego asintió con la cabeza, jugando con la mano de Max, balanceándola hacia el frente y hacia atrás -Es correcto, no es en un documental de HBO, pero fue en un recinto de Versalles frente a la UNESCO, parece casi igual de igual de impresionante ¿No crees?

-No está mal...y yo creo que aún tenemos tiempo para un documental en Netflix- continuó jugando

Sergio lo miró con total adoración, el pecho se le inflaba de amor al darse cuenta de la alta estima en la que lo tenía su guapo esposo. Antes de subir al auto, Checo lo detuvo, pidiéndole las llaves, esa tarde él conduciría, Max lo miró con algo de confusión, sin entender por qué el repentino interés de su esposo por manejar -Tengo otra deuda contigo Maxie y esta noche la voy a pagar

Max sonrió, aún sin entender a qué se refería Sergio -ok...estoy intrigado ¿Qué tienes en mente?

-Usted y yo, señor Verstappen de Pérez, tendremos una cita esta noche

-uhmm...me gusta cómo suena eso- Max le rodeó con los brazos por el cuello, atrayéndolo hacia él, eliminando cualquier distancia entre ellos

-Muy bien, pues entonces andando. Esta noche tenemos reservación para cenar en el Ritz de París-

Max rio con ganas, incrédulo de que en verdad, después de veintidós años, Sergio estaba cumpliendo todas aquellas cosas que había prometido aquel primer día en que se habían conocido. Conmovido hasta la médula, sujetó el rostro de Sergio y una vez más lo besó, dejándose llevar por ese instante, por esa cercanía, por esa complicidad que solo ellos compartían. Amaba a ese hombre, lo amaba tanto que estaba seguro que su amor duraría esta y mil vidas más.


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Querido lector, agradezco que hayas llegado hasta el final de esta historia. Deseo de todo corazón que la hayas disfrutado.

Gracias por leer.

Con cariño
M. Stormblade

El mejor de mis viajesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora