Capítulo 1

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Ruslan

Baje la cabeza y mire el vaso de whisky. Era gracioso cómo seguía vacío incluso después de haberlo llenado seis veces, seis, como los seis años que viví con ella.
Odiaba los recuerdos. Uno peor que el otro, no sabía cuál era el peor, lo único que sabía era que «Estaba muerta». Y luego venía a mi cabeza la mirada triste de mi hija, aquella tarde que debió ser un lindo recuerdo, se convirtió en el peor.
Acerque el vaso a mi boca, bebí las últimas gotas de licor. Sí, la peor parte era Nehir. Necesitaba a una madre, a alguien que estuviera ahí para ella, no podía crecer sin una figura materna, ya suficiente era con mi constante ausencia. Necesitaban a alguien que supiera hacerle de madre y también de padre, que supiera hablar con ella, entenderla y educarla
Suspire y me hundí en el sofá. Me preguntó si una niñera será suficiente para cumplir con ese rol.

Se supone que debería sentir tristeza y desesperación, pero solo siento rabia y resentimiento, ¿cómo pudo hacerlo?, ¿cómo pudo dejar a Nehir desamparada?. No le pido que pensara en mi, después de todo nuestro matrimonio era un verdadero fracaso, pero debió pensar en su hija, en nuestra hija, ¡maldición!.

Kerem apretó mi hombro. Me miró a los ojos, simulaba parecer triste, pero no era real, Kerem era mas frío que yo, no poseía ni el más mínimo sentimiento. En la mafia debes aprender a ser duro, Si pareces vulnerable, la mafia te come vivo, como un león hambriento despedazado a su presa.
Le dediqué un ligero asentimiento y volví la vista hacia la botella de whisky. Sabía que Kerem no tardaría en venir a darme el pésame, a susurrar frías palabras de consuelo. Una oleada de ira recorrió mi ser, pero logré apaciguarla, Kerem era el primero de la mafia, y yo era el segundo, ambos uníamos fuerzas para que nadie nos pueda derribar. Kerem cruzaba los cuarenta y dos años de edad, yo cruzaba los treinta y tres, y para los ojos de muchos era demasiado joven para ser segundo en la mafia. Pero Kerem confiaba en mi para manejar Estambul, y aunque aveces parecía que nos lleváramos bien, la verdad es que no siempre era así. Kerem se regía a pie de la letra las reglas y las malditas tradiciones, su carácter era demasiado fuerte, incluso para mi. Siempre me llevaba al límite, – ¡Nadie es indispensable!,– es lo que siempre dice,–si alguien hace mejor tu trabajo, serás remplazado rápidamente, sin importar quien seas o tu apellido, por ello lo mejor es estar centrado, no bajar nunca la guardia. Siempre he dado lo mejor de mi, no iba a decepcionar a Kerem, nunca le daría una razón para pensar en remplazarme.

–Te ves cansado.– dijo Kerem.

–No he podido dormir mucho. Nehir pasa las noches llorando.

Desde que murió mi mujer, Nehir no había podido dormir bien, había pasado la últimas noches llorando, dormía un par de horas y despertaba entre sollozos.
La imagen de Lenna con el rostro pálido y su vestido empapado cruzó por mi mente. Negué con la cabeza, y aparté la imagen de mi cabeza.

–Los niños a esa edad son difíciles.– comentó caminado por el salón.– Debes buscar a alguien para que te ayude con Nehir.

–Ya contraté a una niñera.

–No me refiero a una niñera.– negó, apoyando el hombro en la pared,– conoces muy bien nuestras tradiciones, no puedes ser un segundo soltero, mucho menos ahora que eres padre, no puedes ser un padre soltero.

No podía ser un segundo en la mafia sin tener una mujer a mi lado. Si, recuerdo muy bien esa regla, fue la razón por la que me casé con Lenna. Nuestra cultura es muy tradicional, no se puede aspirar a un rango mayor si no se está casado. Y una mujer no tiene ningún valor si no tiene a un hombre a su lado.

–Se a lo que te refieres, ya lo he pensado. Pero no es tan fácil encontrar a una buena mujer de la noche a la mañana.

–De que hablan ustedes dos,– era la voz de mi madre, se encontraba parada en la entrada del salón.– Acabamos de enterrar a Lenna...
Él la miró por unos segundo y volvió la vista a mi.
–Debes dejar que Ruslan llore a su esposa.– exigió mi madre.

Inocencia en la oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora