Mundo sin igual - Erwin Smith

XIV

James estaba durmiendo con tranquilidad, algunos mechones de su cabello caían por su rostro dándole una visión a Erwin hermosa para sus ojos, la cabeza del pelinegro estaba sobre su regazo mientras el rubio leía uno de sus libros, si decían la verdad, el día estaba muy tranquilo, no pasó nada interesante en las primeras horas.

Erwin sintió mucha más curiosidad sobre la veracidad de aquellas respuestas sobre el pasado de su pareja, cuando estaba dormido, parecía casi un ser angelical, no se veía que ocultaba nada a simple vista, si era sincero consigo mismo, le costó un poco descubrir aquella verdad detrás de sus ojos rojizos, aquella personalidad añiñada no fue fácil sacar a la luz, y aún así, sentía que aún estaba muy profundo en aquel mar de misterios.

Su paz fue interrumpida por un soldado que les informó sobre la aparición extraña de varios titanes cerca de unas ruinas de un castillo, el comandante se levantó mientras intentaba que su pareja continuará durmiendo sin interrupciones, y tan rápido como se pudo, tanto Hange como los soldados que estaban disponibles, incluyendo el escuadrón de Levi, fueron directo a aquella locación.

James se despertó unas tres horas después, cuando se percató de la ausencia de aquel calor que Erwin le brindaba, bostezo cuando salió de la habitación, no sin antes ver que su uniforme se encontraba bien puesto y sin imperfecciones, pidió a uno de los soldados que visualizó que le dijera que estaba pasando, y ahí fue cuando se dio cuenta que tanto, un titan desconocido, como el titan colosal y el titan acorazado habían secuestrado a Izan, a Eren y a Ymir escapando hacía las afueras de la muralla María.

Era claro que lo primero que hizo al enterarse fue buscar a Erwin, que por suerte, se encontraba discutiendo el plan para rescatar a aquellos jóvenes, pues según Smith, la humanidad no encontraría la victoria sin ellos dos.

—Entonces, solo vamos a acorralar en aquel bosque a ese trío esperando que sigan ahí, ¿O me equivoco? —Resumió de forma rápida James.

—Es correcto, entre cada transformación se necesita tiempo para recuperar energías, es muy probable que se encuentren descansando en el bosque de árboles gigantes. —Explicó Erwin señalando el lugar con su dedo índice.

Para James, aquel plan era ridículo pero de cierta manera, era muy bien acertado, sabía mejor que nadie que después de pasar horas transformado se necesitaban de las mismas horas para recuperar tal energía, y teniendo en cuenta que era poco más de las once de la mañana, tenían el tiempo justo para llegar al lugar, sin contar que tendrían que evitar luchar contra los titanes puros el mayor tiempo posible.

—Necesito que tanto tu como tu escuadrón vayan en un franco diferente. —Continuó el comandante Smith. —Siendo que estén alineados con el escuadrón de Levi, ambos tienen la fuerza suficiente para ayudarnos a recuperar a ambos soldados. Y si es necesario, deberán de matar a Reiner y a Bertolt.

James no tenía problema con matar a otro ser humano, tenía el problema de no querer alejarse de Erwin, sentía que sin su protección, el rubio sería comida para titan, y aunque en forma que no quería admitir, lo era, no quería que se convirtiera en el almuerzo para otro titan. ¿Era un poco posesivo? Quizás, pero no quería perder a su motivación, a aquel ideal que lo hacía seguir con vida.

La legion de exploración comenzo su mision para recuperar a esos dos niños treinta minutos después, con la estricta orden de Erwin de evitar el combate de ser posible, no iban a desviarse del camino pues iban a tardar más, y si lo hacían, iban a perder a la esperanza para la humanidad.

James aceptó de mala gana el ir por el franco izquierdo, y se veía como un dramático pues estaba cerca de Erwin, pero aún siendo así, el pelinegro sentía que no iba a ser capaz de salvarlo.