Sangre Escarlata

¿Y si?

-¡CHARLIE!- protegió su cuerpo como pudo, esperando el golpe de Adán. Pero este nunca llegó, solo un terrible grito y el olor a sangre.

La princesa abrió los ojos

Las lágrimas se derramaron por sus mejillas mientras sentía como su corazón se rompía

-Va...Vag...- tartamudeó sin creerse lo que sus ojos veían.

Adán sacó su arma del cuerpo de su amada, cayendo al suelo en un movimiento seco

-¡AAAAAAAAHHHHHH!

Charlie despertó sudada y con lágrimas secas. Intentó normalizar su respiración mientras miraba que hora era

Apenas hacía una semana de la feroz batalla contra Adán, habían reconstruido el hotel y detenido el ataque de los ángeles, ahora todo el infierno la respetaba y había ganado muchos amigos, como los caníbales, pero eso a ella no le importaba.

Cada noche lo recordaba, como su pareja se había sacrificado por ella, como se había interpuesto en el ataque del ángel, como la vio morir delante de sus narices...

Para el infierno había sido un día glorioso pero para ella el peor de su vida.

Sus ojos perdieron ese brillo tan alegre, ya no sonreía e intentaba salir lo mínimo de su habitación. El dolor era tal que sentía que ya no tenía corazón

Tal era su mal que los demonios del infierno empezaron a decir que se había vuelto un alma en pena, y tenían razón...

Gracias a su padre consiguieron que saliera y comiera. Lucifer estaba terriblemente preocupado por su hija, verla llorar y vacía era una tortura así que se prometió que no descansaría hasta que el cielo lo pagara.

A parte de eso, también estaba bastante tenso por ser cual sería la respuesta de Dios ante el asesinato de Adán. Él lo conocía mejor que ningún demonio y sabía que no bebían cantar victoria tan fácilmente, así que empezó a mover algunos hilos que estaban tan resecos que casi tenían telarañas.

Pero no era el único preocupado

La perdida de Vaggie había sido un azote demasiado grande para todo el hotel. Niffty intentaba acercarse a la princesa cada vez que podía, pero como la situación era muy superior a ella no sabía muy bien como hacerlo así que solo la abrazaba o le hacía compañía sin decir nada. Algo parecido hacía Husk, el cual no quería perturbarla más pero le brindaba consejos que a la larga agradecería, ya que ahora mismo no quería oír nada.

Sin duda, quien más se empeñó en alegrarla fue Ángel Dust. El actor intentaba llevarla a pasear, de fiesta o a cualquier sitio que no fuera el hotel. Para él ver a la persona que la había ayudado tanto, a una mujer con tanta alegría, ahora sin una pizca de amor o de esperanza... Lo destrozaba, así que con ayuda de Cherri Bomb la distraían todo lo que podían

Pero por otro lado estaba Alastor. El demonio de la radio se estaba encargando del hotel casi al 100% ante la incapacidad de Charlie por hacer algo más que lamentarse. Eso le dio tiempo al retorcido demonio para pensar. Obviamente le molestaba verla así, al fin y al cabo para él era de su simpatía pero por encima de todo estaban sus intereses y Charlie podía ser la clave para su macabro plan.

Así que esa mañana cuando la vio bajar en silencio por las escaleras, se abalanzó sobre ella con una de sus espeluznantes sonrisas

-¡Buenos días!- dijo alegremente, una alegría que molestó a la rubia.

-No estoy de humor Alastor- dijo intentando evitarlo pero no lo consiguió ya que él se inclinó y la hizo retroceder con su altura

-¡Oh lo se! Me he dado cuenta de que está... Ausente- Charlie desvió la mirada, le avergonzaba no cumplir con sus obligaciones en el hotel- pero no he venido para quejarme, ¡Solo le quiero comentar una idea que he tenido!

Charlie lo miró con desconfianza y suspiró resignada. Sabía que si algo se le cruzaba por la cabeza al demonio no iba a parar hasta que lo consiguiera así que lo siguió al nuevo patio; allí se alzaban una bellas figuras de aquellos que fueron caídos en la batalla, un regalo de su padre.

Posó sus ojos sobre la escultura de Vaggie y estos se hundieron en su rostro

-¿Para que me has traído aquí?- sabía que el demonio disfrutaba con el dolor ajeno, no había mostrado ni una pizca de pena por la muerte de su pareja y eso la hacía hervir en rabia, eso y que siempre tenía esa sonrisa en su rostro- ¡Si pretendías burlarte de mi o reírte yo...!- sus manos empezaron a temblar

-Oh yo nunca haría eso mi querida Charlie- Alastor la miró con atención y se colocó delante de ella- he pensado que, ante todo lo que ha pasado con su amada, estaría bien que aprendiera un poco a utilizar sus poderes

Charlie lo miró desconcertada

-No sabe utilizarlos y si aprendiera podría protegerse tanto a si misma como a todos los seres queridos que le quedan- se inclinó- piénselo, ¿No sería más productivo emplear toda esa rabia y dolor acumulado en algo más que llorar?

Charlie no sabía que pensar. Tenía razón pero sus palabras era duras y se sentía aturdida. Levantó la mirada intentando descifrar las intenciones del demonio pero no encontró nada

-¿Y quién me va a entrenar?

-Puede luchar contra mi, lo ideal sería que su padre lo hiciera pero el amo del averno está demasiado ocupado con defender el infierno y no podrían ser unos entrenamientos regulares- la miró con intensidad- ¿Qué me dice princesa?

Alastor tenía un punto... Igualmente también le podría pedir ayuda a su padre en su tiempo libre así que...

-¿Y tú que ganas con esto?- dijo cruzándose de brazos

-¡Oh querida! Para mi solo es un nuevo entretenimiento- dijo mientras su sonrisa se expandía y entornaba los ojos

Ella lo observó por unos segundos. Tenía razón. El cielo no tardaría en atacar y no quería perder a nadie más por no saber defenderse, así que lo miró con determinación y aceptó

-¡Perfecto! Nos vemos mañana por la mañana querida, asegúrese de dormir bien

El demonio desapareció de su vista y ella suspiró. Alzó sus ojos hacia Vaggie y, aunque lo intentara, no pudo evitar derrumbarse

-S-siento no ser fuerte, q-que n-no me pudiera defender sola- sollozó intentando detener su llanto- pero nadie más morirá por m-mi, n-nadie más s-se sacrificará por mi