Capítulo 9

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Estaba sentada en su despacho

Los Overlors le habían dicho que se unirían si los Siete Pecados Capitales y la familia Ars Goethia lo hacían, si no, no lo harían. De esta forma, ahora era mucho más importante convencer a los altos príncipes...

Y no tenía ni idea de como hacerlo

Por otro lado, estaba orgullosa de como había manejado la reunión. Sentía que se había ganado a algunos amigos, como Celestial o Carmilia, aunque también enemigos. Velvette la insultó, le gritó y la miró tan mal como luego lo hizo Valentino... Temía que eso pudiera jugar en su contra, que intentaran sabotearlo todo de alguna forma... ¿Pero que se esperaba? Son demonios, es simplemente su naturaleza

Se movió al oír como llamaban a la puerta; tres toques limpios y claros

-¿Si, Alastor?

-¿Puedo pasar? ¡Solo será un momento!

Miró los papeles sobre los que descansaban sus brazos, estaban arrugados y llenos de tachones, un papel tan perdido como lo estaba ella

-Preferiría que no...

Sintió sus garras en sus hombros y dio un salto tan alto que casi golpea su cabeza

-¡¿No te he dicho que entres?!- gritó dándole la cara.

El demonio solo la miró con su característica sonrisa

-¡Oh lo siento! No la he escuchado bien y he considerado que entrar sería lo mejor

-Si... Seguro- susurró volviéndose otra vez hacia el escritorio

Sintió como el demonio se asomaba por encima de su cabeza, robándole el papel de un tirón

-¡Oye! ¡Devuélvemelo!- se levantó y luchó, pero no lo podía alcanzar- ¡Hoy estás muy maleducado! ¡¿No te han dicho que no se tocan las cosas de las chicas?!

Alastor la miró con diversión, esquivándola y dejándola caer sobre el sofá que había en uno de los laterales

Charlie no se movió más, solo se resignó mientras lo maldecía internamente

-Hmmm, veo que ha estado algo perdida últimamente

-¿Últimamente? Oh, ¡No se porqué será!- dijo más que irritada, algo que no iba para nada con esa personalidad dulce y empalagosa que poseía

El demonio la observó en silencio por unos segundos, una mirada intensa- le aconsejo que no descargue su ira con los demás, se arrepentirá

Eso... No sonó como una amenaza, más bien era un consejo

-Tienes razón- suspiró, se sentó bien y frunció el ceño- ¿Acaso ya no disfrutas de la desgracia ajena?

-¡Oh! ¡Por supuesto que lo hago, HA HA HA!- Charlie suspiró rendida. Hoy no tenía humor para tratar con ningún demonio- pero ese no es el caso, ¿Le apetece que tomemos el té mientras debatimos sus ideas?

Sintió algo de calidez en su pecho, ¿A caso la estaba intentando animar a su manera? Si era así, ¿Porqué? Él no suele hacer estas cosas

Sonrió y asintió ante su mirada penetrante. Los demás también la habían intentado animar, solo que no habían podido hacer mucho ya que tenían mucho trabajo con el cambio temporal de los cargos. Obviamente ella no se lo tenía en cuenta, es más, agradecía muchísimo el poco tiempo que tenían para preguntarle que hacía o traerle un café.

Los adoraba, a cada uno de ellos.

El demonio la condujo a su habitación, donde atravesaron una puerta que daba a un pequeño patio en medio del espeso y negro bosque que franqueaba el lado izquierdo del hotel. Allí Alastor había conservado una mesa y dos sillas de hierro, muy clásicas a su parecer

Movió su mano y aparecieron dos tazas

-¿Y bien?- dijo mirándola con esos ojos saltones

Charlie tomó el té y suspiró, no sabía por donde empezar

-He pensado en hablar primero con Stolas, he oído que ahora mismo está en una situación complicada con su familia pero... Bueno, tarde o temprano lo tendré que visitar

Le agobiaba mucho hablar con los príncipes. Para ella era un mundo desconocido, muchos de ellos, por no decir todos, solo la conocieron cuando nació, algo extraño para alguien de su estatus, así que le daba vergüenza aparecer de la nada y pedirles que se unieran a ella.

Y, aunque ya había hablado con el Príncipe Leviatán, ahora mismo no se sentía ni la mitad de valiente que ese día

Suspiró

Alastor la observaba con curiosidad. Para él su actitud era mediocre y obviamente se lo iba a hacer saber

-¿Acaso tiene miedo? HA HA HA

Charlie enrojeció llena de vergüenza- ¡No es eso! Es solo que... Nunca he hablado con ellos, yo...

-Usted es la princesa del Infierno, hija de Lucifer, su posición está muy por encima de todos ellos

-Pero son mucho más sabios, antiguos y conocen mejor el Infierno que yo, ¿De que me sirve ser la princesa si no tengo ni idea de nada?

-Hmmm- ladeó la mirada, ¿Podía ser esta su oportunidad?- los señores no son estúpidos, saben que si se meten con usted se buscarán problemas con Lucifer y, quieran o no, su padre es el más poderoso- se inclinó hacia delante posando su mano en su propio pecho- confíe en mi, se que está capacitada para hacerlo

Charlie sonrió, eso era justo lo que necesitaba oír

-Muchas gracias Al, entonces concretaré la visita con Stolas cuanto antes- movió su mano y de la nada apareció un papel negro con una pluma negra. Charlie escribió un mensaje y después de susurrar algo en otro idioma salió volando- ¿Qué?

Alastor la miraba con sorpresa a lo que ella rio

-Me sorprende mi querida Charlie, no me acostumbro a presenciar los trucos que tiene bajo la manga

Se sonrojó de vergüenza- ohhh, eso solo ha sido algo muy sencillo, mi madre me hizo estudiarme muchas cosas, que no las utilice no significa que no las sepa- se levantó-nada más reciba respuesta te aviso, ah y por cierto- lo miró con ternura- si me vas a acompañar deja de llamarme por usted, somos amigos, los amigos no se hablan así

Alastor frunció el ceño pero cambió la expresión con rapidez

-Oh disculpe, no tengo muchos amigos, entienda que me cueste

-Pues yo no pienso eso, ya he conocido a dos y aunque Husk no lo admite, te tiene aprecio

Se giró al oír como unos cristales se rompían

-¡MALDITA SEA NIFFTY!

Suspiró-Lo siento, me tengo que ir, ¡Muchas gracias por el té!

Y desapareció dejando a Alastor con el ceño muy fruncido. Él no tenía amigos, para él su gente más cercana eran aliados o almas bajo su posesión así que se sentía extraño. ¿Acaso era enfado? No lo sabía, ni en vida ni en muerte había disfrutado de la compañía ajena, en ese tiempo los demás solo eran sus víctimas, pero debía admitir que Charlie era alguien que le estaba resultando cada vez más interesante.

Cuando la conoció pensó que era una idiota con sueños estúpidos, alguien de quien se podía aprovechar por su inocencia, pero al mostrar parte de sus conocimientos no podía evitar tener mucha curiosidad, quería saber todo sobre ella, que poderes poseía, que secretos guardaba detrás de tantas sonrisas, que era ese idioma extraño... ¿Porqué? No lo sabía, Charlie era de las pocas personas que lo habían pillado por sorpresa, de las pocas que había juzgado y se había equivocado, así que estaba expectante por ver como evolucionaba, eso y que es muy placentero ver todo ese caos que la rodea, toda esa desesperación, lágrimas y frustración

Acabó su té y se levantó con una sonrisa feroz; tenía que prepararse para conocer a los príncipes


Sangre EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora