Capítulo 3

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Se levantó decidida. Lo había entendido muy bien, también sería de más ayuda para sus padres si le demostraba a los demonios quien era en el infierno, ya que por sus ideas de redención muchos no la tomaban en serio. Además, estaba cansada de estar todo el día lamentándose, sabía que así nunca conseguiría nada, así que se animó y nada más bajar se sentó en la barra del improvisado bar.

Husk la miró con curiosidad 

—Parece bastante animada esta mañana

—¡Si! Anoche pensé en algunas cosas para conseguir el respeto de los demonios así que estoy ansiosa por empezar

—¿Y cómo empezará?— para Husk Charlie era como una niña, curiosa, dulce e inocente, y aunque se estaba volviendo más oscura no dejaba de verla así. 

—¡Con un cambio de look!— dijo Ángel apareciendo por su espalda. Charlie dio un salto por el susto— ¡Si quieres aparentar ser una malota no puedes vestir así angelito!

Así que la tomó del brazo y la arrastró en busca de las mejores ropas del infierno. Por suerte, Cherri Bomb conocía unas tiendas que eran perfectas para la ocasión, así que fueron a buscar a la demoníaca amiga de Ángel

Por el camino el actor la observó con curiosidad

—¿Qué os traéis tú y el venado?

—¿Alastor?— dijo confundida— nada, se ha prestado a ayudarme, solo eso ¿Porqué lo dices?

—Ha venido esta mañana a mi habitación pidiendo que te "informara del mundo de los bajos demonios" ¡Vaya quien se cree!

Charlie rio ante la escandalosa frustración de su amigo, la primera risa en semanas, así que él también sonrió. 

Cherri los recibió bebiendo en un bar, otro punto a añadir a la lista para convertir a Charlie en una "chica mala". Cherri se veía muy interesada en todo eso, así que las llevó a esas tiendas. 

Pronto empezaron a vestirla con todo tipo de modelitos. Habían descartado los vestidos, demasiado incómodos por si tenía que exterminar a alguien, argumento que Charlie quiso rebatir pero se mordió la lengua. Entendía que en el Infierno el respeto muchas veces se ganaba así y aunque quisiera cambiarlo no le daba tiempo y, bueno, ¿Realmente podía cambiar eso? Es decir, es el Infierno...

La búsqueda fue larga hasta que encontraron un mono negro de tirantes. Era perfecto, tenía cadenas y lo complementaron con unos guantes hasta los codos. Era ideal para ella, elegante, un poco atrevido al ser pegado pero no tanto, y la hacía verse amenazadora. 

—Con eso te pareces a tu madre— dijo Cherri, que se calló ante un codazo de Ángel. La cara de Charlie se oscureció pero como Cherri no sabía nada simplemente le dio las gracias y salieron de la tienda

—Ángel ¿Has pagado?

—Regla número uno querida— la tomó por el brazo y empezaron a correr— ¡No se paga!

Charlie entró en pánico. Nunca había hecho esas cosas y estaba en contra de todas esas acciones. Estaba confundida. ¿No había forma de que los demonios la respetaran sin realizar actos horribles? 

Pero en el fondo sintió algo diferente, la adrenalina recorrió todos sus nervios, nunca había hecho algo así y se horrorizó al encontrarle un punto divertido

Ángel la empujó dentro de un bar

—HHAHAHAHAHA— dijo tomándose el estómago— ¡Eso ha estado brutal!

Cerri se colgó de sus hombros al ver la duda en su rostro

—¡Vamos a por unos tragos!

Charlie se sentía incómoda. Habían muchos hombres que la miraban con deseo. Tampoco había experimentado eso

—Al principio es asqueroso pero luego— le pasó una copa— incluso te halaga 

Charlie miró la bebida con duda y después de pensarlo varias veces dio un pequeño sorbo. Era dulce pero se sintió picante en su garganta así que tosió

—¿Nunca has tomado alcohol?— dijo Cherri incrédula— ¡Vamos a demostrarle a la princesita lo que es una buena fiesta infernal!— dijo jalándola hacia la pista de baile

Allí todo era mucho más incómodo, la gente la tocaba, la miraba y cuchicheaban como si supieran tanto como ella que no debería estar allí. Pero frunció el ceño y después de meditarlo un poco le dio un trago largo a su copa. El cielo no tardaría en hacerles daño y debía ser fuerte, ser quien en realidad era, la princesa del infierno, la princesa de todos esos pecadores.

No supo si fue porque el alcohol le subió a la cabeza o si era fruto de sus propios ánimos pero empezó a bailar con tanto ánimo que apenas se dio cuenta de que las horas pasaban, igual que las copas

Y se sentía libre, fuera de preocupaciones, ¿Era por eso porque los demonios y humanos recurrían tanto al alcohol?

Cuando fue la hora de partir se tambaleaba tanto que Ángel la tuvo que sostener todo el camino

—¡Que grata sorpresa! ¡No sabía que eras tan divertida!

Charlie sonrió cerrando los ojos, habían dejado a Cherri allí

—Ha estado bien— canturreó 

—¿Nunca habías salido de fiesta?— negó con la cabeza junto con una risita

—Mi vida siempre ha sido... Tranquila— miró al rojizo cielo— nunca he sido rebelde, no lo he necesitado, el palacio y la vida alejada de las calles me hacía verlo como algo lejano

Ángel tornó los ojos. La veía tan cercana, amable y humilde que, aunque lo sabía muy bien, no creía que era la princesa de todo esto o que su poder estaba por encima de los Siete Pecados Capitales. Era tan inofensiva... 

—¿Porqué quieres ser una chica mala? No te pega cariño

Charlie se mordió el labio y desvió la mirada

—No soy amenazante y al ser como soy parece que todos se han olvidado de que algún día seré la reina del Infierno y... Si quiero ayudar a mi padre para soportar la ira del cielo debo conseguir que los demonios me respeten— la miró con intensidad mientras levantaba el índice imitando a Alastor— que recuerden que soy la hija de Lucifer, que tiemblen al verme entrar y que me obedezcan cuando los reclame

Ángel la miró con sorpresa, no se esperaba esa respuesta para nada. Tenía sentido, el infierno no era un lugar para un alma tan bondadosa como la de Charlie y si querías ser respetado debías dar miedo o ser el hijo de puta más grande de todos, y ella estaba dispuesta a ocultar su buena naturaleza para protegerlos a todos. 

Estaba dispuesta a sacrificar su bondad por protegerlos...

Al llegar estaba tan mareada que Ángel la tuvo que acostar, pudiendo tomarse su tiempo para admirarla. Era joven, estaba sufriendo un duelo y tenía una gran responsabilidad bajo su espalda, pero un montón de amigos que la ayudarían, así que sacó su teléfono y sonrió, tenía una graaaan idea




Sangre EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora