"Ella es y será mi único amor"
JungKook pasará San Valentín solo. Es un día amargo para él, pues su novia falleció ese día, algo ocurre que acaba despertando a la mañana siguiente al lado de la mujer que perdió hace un año atrás. ¿Cómo es posible?
...
—¿Estuvo bien?—NaRi dibujaba círculos invisibles en el pecho desnudo de su novio—¿Lo disfrutaste?
Había sido la primera vez entre ambos. Aunque tanto JungKook como ella habían tenido parejas anteriores, el sexo se había sentido mucho mejor que todas esas veces. JungKook apartó algunos mechones del dulce rostro sonrojado de la castaña, la abrazó girando en la cama quedando sobre ella, escuchó su risita mientras las sábanas cubrían parte de la desnudez de ambos, NaRi abrazó su cuello con sus brazos recibiendo gustosa los cortos besos.
—Lo disfruté y mucho. ¿Y tú?, ¿Te lastimé?
—No. Fue perfecto—acarició su mejilla—¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo?
—NaRi—reprochó algo avergonzado.
—¿Qué ocurre?
—Hay cosas que no se preguntan.
—El sexo es algo normal en las personas, ¿No?—se encogió de hombros—Bien, yo responderé primero. La última vez que tuve sexo fue cuando cumplí los veinte.
Y así de expresiva era su novia.
—¿Fue en tu cumpleaños?—sintió curiosidad.
—No. Fue unos días después—sonrió de nuevo—¿Y tú?
—Hace un año—respondió.
—¿Fue bueno?
—Fue aceptable—apoyó sus codos en la cama. Sintió las piernas de ella abrazar su cintura.
—¿Sabes?, una vez leí que encajar en el sexo con alguien es difícil, más no imposible—indicó. A JungKook le gustaba cuando ella le contaba sobre las cosas que investigaba o escuchaba, NaRi era muy curiosa para el mundo—Puedes follar con cualquiera, pero sentirte satisfecha y completa el cien por ciento...es complicado—y añadió—Siento que encajamos muy bien el día de hoy, más de lo que veníamos haciendo—sonrió divertida.
—Siento exactamente lo mismo.
Un beso fue el sello de aquella conversación.
El silencio del departamento nunca había traído tanta paz para JungKook como en ese momento. Sabía que esa paz se debía a la mujer acostada frente a él, NaRi acariciaba su cabello mirándolo con esos ojos marrones que siempre tenían un brillo especial, el chico descansaba su brazo sobre su cintura, las mantas cubrían los cuerpos de ambos, la espalda de la chica quedaba expuesta al menos una parte.
—No quiero que este día acabe—susurró con cierta voz somnolienta. Las caricias de su novia más el silencio del departamento se estaban apoderando de él.
—Nada es eterno—NaRi habló en voz baja siguiendo con su trabajo—Nada dura para siempre, JungKook.
—Cuando te fuiste...se sintió una eternidad—sus ojos brillaron, no por emoción, eran por las lágrimas contenidas—No puedo describirte cómo me sentí—forzó una sonrisa que salió más como una mueca.
—Puedes seguir adelante. Te conozco, sé que lo harás.
Él negó suavemente con la cabeza.
—Quédate conmigo, NaRi—la abrazó. Escondió su rostro en su cuello susurrando luego—Y si te vas...quiero ir contigo.
—Aprovechemos este día, ¿Bien?—no quería imaginar a JungKook siendo capaz de acabar con su vida para reunirse con ella. Todo era confuso todavía, ni ella se sentía muerta—¿Qué te parece si cenamos esta noche en tu restaurante favorito?
—¿Qué te parece si comemos algo de ramyeon frente al Río Han?
Ella sonrió. Muchas veces hacían eso cuando NaRi se sentía sofocada de la universidad.
—Acepto la invitación—asintió—Tomaré un baño.
—Yo recogeré las cosas.
Cuando NaRi recogía su ropa para vestirse el timbre de la puerta se escuchó. Afuera eran pasadas las dos de la tarde, JungKook esperó que NaRi fuera a la habitación, terminó de arreglar su ropa escuchando de nuevo el timbre. Movió la mesa del televisor regresando a su lugar, miró por el ojo de la puerta extrañándose de esa visita. Con duda, giró el pomo de la puerta asomándose al abrir.
—Hola—el chico alto se mostró un poco nervioso—Yo...no sabía si estarías aquí y...decidí arriesgarme.
—¿Qué haces aquí, NamJoon?
—Bueno, quería...hablar contigo—aclaró su garganta—¿Puedo pasar?
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La sala se encontraba organizada de nuevo gracias al chico que recogió todo antes de dejar entrar a la visita, cuando llevó las cosas que NaRi usó a la habitación, escuchó el agua de la ducha correr en el baño. Al salir del cuarto cerró la puerta regresando con NamJoon, desde la sala no se escuchaba nada.
—¿No trabajaste hoy?—preguntó. El chico evaluó a JungKook, se veía un poco cansado aunque extrañamente no tan decaído, se apreciaban algunas ojeras debajo de sus ojos oscuros.
—Tengo el día libre, por suerte. ¿Y tú?, ¿No deberías estar en la floristería?, estoy seguro que hay mucho trabajo el día de hoy.
NamJoon jugaba con sus manos, se notaba ansioso. De repente se arrodilló frente a JungKook dejándolo sin palabras.
—Lo siento.
—¿De qué hablas?
Los padres de NaRi odiaban a NamJoon desde el accidente. Decían que por su culpa, su hija ya no estaba en ese mundo...y JungKook lo envidiaba un poco por haber sido el sobreviviente de esa mierda.
—Esa noche yo...estaba conduciendo la moto, tenía un mal presentimiento, no debí dejar que NaRi subiera a ella, pero...tampoco me parecía correcto que fuera sola a casa—hubo silencio—En el camino, la moto comenzó a tener fallas, perdí el control del volante y...todo el desastre pasó.
En el baño, NaRi terminaba de darse una ducha, pretendía tomar el jabón cuando de repente su mano lo traspasó, como si fuera un fantasma. Lo intentó de nuevo teniendo el mismo resultado, de prisa, salió de la ducha sin importarle estar desnuda y empapada, en el espejo del lavabo vio como su reflejo se volvía borroso, casi transparente, como si estuviera a punto de dejar de existir.
Como si estuviera a punto de desaparecer.
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