Había sido un día terrible en la oficina, el supervisor de JungKook acabó reclamándole por algunos errores en diversas cuentas que entregó en la reunión. El jefe había reclamado al supervisor por esos errores y éste supo que el culpable era JungKook, era el más nuevo de los empleados, hace tres meses se había unido a la empresa como contador público, todavía no se acostumbraba a la presión que ejercían en ese lugar. El pelinegro salió del edificio agotado mentalmente más que nada, era de noche, hacía mucho frío, se detuvo al ver que unos pasos frente a él se encontraba una chica castaña con un pastel sobre una caja y una vela encendida, NaRi sonrió ampliamente más que ansiosa.
—Feliz cumpleaños, JungKook.
—Te dije que no debías esperarme. Hace frío—se acercó un poco avergonzado.
—Espera, antes de que pidas un deseo, piensa bien lo que pedirás—advirtió.
JungKook sonrió de lado cerrando sus ojos. Pensó bien lo que pediría acabando por soplar la vela, su deseo era que aquella castaña permaneciera en su vida por más tiempo, pues Kim NaRi parecía agregarle color en su día a día.
El chico despertó abriendo sus ojos, entró en alerta cuando la cama a su lado estaba vacía. Miró a su alrededor encontrando que todavía era de día, se levantó de la cama casi tropezando, fue a la sala consiguiendo los sillones contra la pared dejando más espacio, las sábanas o mantas formaban una especie de tienda como las que hacen los niños al jugar. Dentro de esa tienda estaba NaRi quien salió de allí gateando.
—Ah, despertaste—se levantó. Sopló un mechón que caía en su rostro, JungKook no dudó en colocarlo detrás de su oreja.
—¿Qué estás haciendo?
—Hice algunas palomitas de maíz con mantequilla, quiero que veamos películas esta tarde.
—¿Allí dentro?—señaló la tienda.
NaRi movió la mesa del televisor, fue sencillo porque tenía ruedas. Dicho televisor quedó frente a la tienda de modo que podían ver la pantalla, JungKook al entrar en la tienda encontró un bol de palomitas recién hechas y dos latas de cerveza. La chica sonrió mirándolo.
—¿Te gusta nuestro refugio?
—Me recuerda a los que hacía de niño.
NaRi sonrió abriéndole la lata. Tomó otra para ella haciendo lo mismo, se había prometido disfrutar ese día junto a su novio...hacerle olvidar el dolor por unas horas.
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El bol de palomitas estaba vacío junto a las latas de cerveza. NaRi se encontraba acurrucada en el pecho de su novio mientras la televisión dejaba ver la película, la joven de veintidos años levantó la vista mirando a JungKook tan concentrado en la pantalla mientras con su mano acariciaba su espalda subiendo y bajando lentamente. Antes de que el chico despertara había limpiado los platos de la mesa guardando las sobras, sintió una punzada en el pecho cuando vio los envases de su madre en el refrigerador, al mismo tiempo se sintió conmovida de saber que sus padres seguían teniendo una buena relación con JungKook incluso después de su muerte. Pensó en lo que sus padres dijeron, debía seguir adelante incluso sin ella.
NaRi había conseguido su ropa en el armario como si nunca se hubiera ido, todavía sus prendas seguían dobladas allí y otras colgadas, sus zapatos, sus accesorios en la peinadora, todo eso le hizo pensar que JungKook no la había superado. ¿Quizás al pasar más tiempo lo haría?, dicen que el tiempo sana las heridas, pero...¿Y si JungKook nunca sana?, sus ojos se llenaron de lágrimas cuando recordó lo que él mismo dijo.
Ese día de San Valentín iba a proponerle matrimonio. Las cosas hubieran sido muy distintas si no hubiera subido a la moto ese día.
—¿Segura que no quieres que pase por ti?—se escuchó la voz de JungKook del otro lado de la línea. NaRi terminaba de cambiarse en el vestidor dejando la camisa de su uniforme de la floristería junto a su delantal en su casillero.
—Ve a casa, sé que estás cansado. Un compañero me llevará sin problema.
—Bien. ¿Lista para mi sorpresa?
—Ya, eres malo, mi curiosidad estaba tranquila y acabas de despertarla de nuevo—su risa del otro lado le hizo sonreír—Tienes suerte de que te ame, Jeon JungKook.
—Y tú tienes suerte de tener un chico como yo en tu vida—bromeó.
—Te veo en el departamento. Voy saliendo.
—Está bien.
—NaRi—la voz del chico la sacó de ese recuerdo. Parecía que esos últimos momentos se hacían más claros en su mente—Estás llorando, ¿Estás bien?, ¿Te duele algo?—secó sus mejillas tomando su rostro entre sus manos.
La culpa la estaba hundiendo de repente.
NaRi lo abrazó con fuerza dejándose apretar por sus brazos, sollozó en su pecho perdiendo el interés por la película. El televisor terminó siendo apagado por JungKook, se acurrucaron en la pequeña tienda rodeados mantas y sábanas, apartó las lágrimas del rostro de su novia viendo sus ojos llorosos además de hinchados, tenía su nariz roja también.
Le dio el tiempo suficiente para que sus caricias en su lindo rostro la calmaran.
—No es común verte llorar así—susurró.
—Tampoco es común verte llorar—indicó—Siempre fuiste fuerte frente a mí.
—¿En qué pensabas, NaRi?
Aquella manera dulce de preguntar no ayudó a si estado sensible. Una lágrima resbaló de su ojo siendo atrapada por el pelinegro.
—Lamento haberte causado todo esto.
—Ya lo hablamos, no fue...
—Fue mi culpa por subirme a la moto de NamJoon ese día—su voz flaqueó. Tragó con dificultad viéndolo con dolor—Ibas a buscarme y te dije que fueras a casa porque sabía lo agotador que era para ti muchas veces, si te hubiera esperado...
—NaRi.
—Estaríamos celebrando que hace un año me propusiste matrimonio.
—¿Escuchaste?
—Por un instante pensé en salir de la habitación y decirle a mis padres que estaba viva—comentó—Sabes que lo que dijeron es cierto, JungKook, no puedes detenerte por mí.
—No quiero que te sientas culpable, basta de eso.
—¿Y es normal que tú lo sientas así?—acusó—Tú eres inocente, yo...he sido una terrible novia—sus ojos volvieron a contener las lágrimas—Hubiera sido una bonita boda, ¿No crees?
JungKook colocó su mano en su nuca atrayéndola a él, NaRi correspondió el beso cargado de impotencia y dolor, ¿Qué pasaría ahora?, si ella estaba allí...¿Su tiempo era límite?, todo era tan incierto. No podía sentirse completamente feliz si la situación no se lo permitía, dejó que su novio se colocara sobre su cuerpo sin romper el beso, quería permitirle pasar ese día junto a ella de la manera que fuera y por supuesto, NaRi quería pasar el día con él fuera como fuera.
La mejor manera en ese momento era sentir el calor del otro fundiéndose por una vez más en el amor tan bonito que ambos compartían.
Hay parejas que están destinadas a estar juntas y otras veces...pareciera que el destino los separa muy pronto.
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My Only Love • JJK (COMPLETA)
Fanfiction"Ella es y será mi único amor" JungKook pasará San Valentín solo. Es un día amargo para él, pues su novia falleció ese día, algo ocurre que acaba despertando a la mañana siguiente al lado de la mujer que perdió hace un año atrás. ¿Cómo es posible? ...