[Hermanita]

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Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses y los meses en años, hasta que sin darse cuenta del tiempo, ya habían pasado cuatro años desde que Kanae y su hermana menor, Shinobu, se fueron a vivir con su abuela Hana Midoriya en la finca mariposa, ubicada en medio del campo lejos de la urbanización de las ciudades.

Actualmente durante una despejada tarde en el interior de la finca mariposa se encontraba una niña de cuatro años que tenía el cabello negro con puntas moradas adornado con una horquilla en forma de mariposa de color azul y morado, inusuales ojos púrpuras sin pupilas, vestía ropa tradicional japonesa color violeta. Dicha niña era Shinobu Midoriya, quien corría por los pasillos de la finca como sí estuviera buscando a alguien en particular.

-Shinobu: Nee~san, ¿donde estás? (preguntó en voz alta sin obtener respuesta)

Como no encontró a su hermana mayor en esa parte de la finca, decidió revisar el comedor y la cocina para ver sí se encontraba ahí. Al entrar a la cocina, que por cierto era bastante extensa, se encontró con su abuela Hana quien no había envejecido tanto en estos últimos cuatro años, la cuál estaba preparando una sopa de fideos con vegetales que se encargaba de picar, pero paró al notar a su nieta.

-Hana: ¿Que pasa Shinobu? ¿Ya tienes hambre? Estará lista en unos minutos (dijo terminando de picar las verduras y metiéndolas en la olla junto con los fideos hirviendo)

-Shinobu: No es eso, abuelita (negó con la cabeza) Busco a Nee~san, ¿sabes en donde está? (dijo del por que estaba ahí)

-Hana: Está en el jardín de atrás, la puse a arrancar las malas hierbas (contestó revolviendo con un cucharón la sopa)

Shinobu salió al jardín atrás de la finca desde la sala del comedor, donde avistó a su hermana mayor en el campo de cultivo de los vegetales, arrancando todas las malas hierbas que veía.

-Kanae: Perdón, plantitas, pero hacen mas mal que bien y no dejan que las demás crezcan (dijo en voz baja disculpándose con la maleza recién arrancada)

Kanae tampoco ah cambiado tanto, salvo que obviamente creció bastante al tener ocho años y vestía ropajes similares a los de su hermanita, con la diferencia de que eran de color rosa claro.

-Shinobu: Nee~san (dijo llamando la atención de su hermana y acercándose a ella)

-Kanae: ¿Sí, Shinobu? (dijo dejando lo que hacía al voltear a verla)

-Shinobu: Prometiste jugar conmigo hoy después de entrenar con mi abuelita (dijo haciendo un puchero molesta)

-Kanae: ¿Eh? ¿Era hoy? (preguntó con simpleza a lo que Shinobu asintió varias veces) Lo siento, hermanita. Lo olvide, pero tengo que hacer esto o abuelita me va a regañar. Jugamos mañana, te lo prometo (dijo para minimizar la molestia de su hermana)

-Shinobu: ¡Me prometiste lo mismo ayer! (reclamó molestándose mas por que Kanae le dijo lo mismo antes)

-Kanae: Esta vez lo digo en serio, por el meñique (aseguró extendiendo su meñique)

-Shinobu: ..Bueno, por el meñique (dijo imitando a su hermana y entrelazaron sus meñiques en señal de promesa)

-Hana: ¡Kanae, Shinobu! ¡Es hora de cenar! (avisó en voz alta desde dentro de la finca)

-Kanae: Que bien, tengo hambre. ¿Sabes que hizo abuela de cenar? (preguntó a su hermanita mientras se dirigían ambas al interior de la finca)

-Shinobu: Creo que hizo sopa de fideos (dijo al hacer memoria cuando la vio cocinar hace unos minutos)

Ambas hermanas ingresaron al interior de su hogar donde cenaron en el comedor junto a su abuela sin ningún inconveniente. Después de varios minutos se hizo de noche y al terminar de cenar, Shinobu se fue a dormir dejando sola a Kanar quien se encargaba de limpiar los trastes sucios y siendo ayudada por su abuela. Ambas estaban calladas limpiando y el único sonido que había era el agua saliendo grifo.

La Espadachín de la FlorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora