Han transcurrido aproximadamente dos años desde que Kanae se enteró por parte de su abuela que en lo mas profundo de su ser albergaba un poder sin igual que todas las primogénitas de la familia Midoriya también han poseído desde hace varias generaciones, incluso mucho antes de que aparecieran los quirks, y el origen de dicho poder se perdió con el pasar de los años ya que a las nuevas descendientes les importaba mas lo que se podía hacer con dicho poder en lugar de averiguar de donde vino.
Kanae tuvo que prometerle a su abuela Hana que toda la información relacionada con el poder de la familia debía mantenerlo en total secreto ya que nadie mas fuera de las portadoras pueden saberlo, eso incluía mentirle a Shinobu en caso de que preguntara por mucho que le disguste la idea de mentir. Ocultaron la verdad yendo al registro civil en la ciudad para cambiar su estado de "quirkless" con el pretexto de que las pruebas que le hicieron a los cuatro años no resultaron ser confiables y lo despertó tarde. Flower Power es el nombre que Kanae le dio a su "quirk" ya que era considerado 'nuevo', además de que su abuela le dijo que su poder tenía relación con la flora silvestre.
El día de hoy, o mejor dicho la noche ya que eran las cuatro de la madrugada y en las afueras de la finca mariposa se encontraba la abuela Hana con una taza de té en mano y en su otra mano llevaba un viejo cronómetro que corría el tiempo y de vez en cuando dejaba de verlo para mirar hacia el camino de la izquierda como sí esperara a alguien.
-Hana: (suspiró) No debe demorarse en llegar sí quiere mejorar su resultado (dijo a sí misma y le dio un sorbo a su té)
Justo al decir esas palabras escuche el sonido de alguien aproximándose desde la izquierda y al voltear avistó su nieta Kanae de diez años corriendo a una velocidad antinatural hacia ella con su cuerpo enteramente cubierto por una aura rosada clara. La niña se detuvo justo frente a su abuela, quien paró el cronómetro.
-Kanae: ¿Como lo hice? (preguntó agitada desapareciendo su aura de poder)
-Hana: Dos minutos con treinta y cinco segundos. Cuarenta segundos menos que tu última vez (informó al leer su cronómetro)
-Kanae: Que bien, un nuevo récord (comentó satisfecha con sus resultados)
-Hana: Has progresado con tu poder mucho mas de lo que me esperaba. Superaste fácilmente el mejor récord que yo tenía a tu edad (habló guardando el cronómetro en su bolsillo)
-Kanae: ¿De verdad? (dijo expectante empezando a formar una pequeña sonrisa)
-Hana: Aunque no me sorprendería. Despertaste tu poder dos años antes de lo que esperaba mientras que yo lo experimente la primera vez cuando cumplí los diez años (agregó sonando un tanto indiferente)
-Kanae: (resopló agachando la cabeza y borrando su sonrisa)
-Hana: Vamos. Sigue tu entrenamiento con las bokken y después prepararemos el desayuno para cuando tu hermana se despierte (dijo encaminándose de regresó al interior de la finca)
-Kanae: Está bien (aceptó sin objetar siguiendo a su abuela)
Así era esta rutina diaria desde el día en que Kanae se recuperó de sus piernas rotas. Se duerme a las ocho de la noche para despertarse entre las tres y cuatro de la madrugada por su abuela para hacer calentamientos, luego de calentar se pone a correr usando su poder dándole varias vueltas a la zona en menor tiempo posible. Seguido de eso es practicar esgrima con la bokken de las cinco hasta las ocho que es la hora que tiende a despertarse Shinobu, indica que se debe preparar el desayuno.
Varias horas después
Ya con el sol iluminando el vasto cielo azul despejado, Kanae ahora se encontraba en patio atrás de la finca sentada bajo un viejo árbol de cerezos con las piernas cruzadas y tenía ojos cerrados. Estaba meditando ya que era lo que seguía luego de practicar esgrima y desayunar junto con su hermanita y su abuela.

ESTÁS LEYENDO
La Espadachín de la Flor
FanfictionDesde que era una niña eh soñado con vivir en un mundo mejor en el que todos pudieran vivir de una manera pacífica y sin temor alguno, pero desafortunadamente existen seres que obstruyen el camino a un mañana mejor que el ayer. Juro que me enfrentar...