Tres años han transcurrido y los entrenamientos de Kanae impartidos por su abuela Hana se habían vuelto cada vez mas difíciles conforme pasaba el tiempo aunque era muy efectivos. La mayor de las hermanas Midoriya ahora tenía trece años y su hermanita nueve. Kanae ya no era una niña si no una adolescente, su cuerpo estaba mas desarrollado, poseía un mejor dominio de sus poderes, tenía mas altura y al parecer su abuela le dijo que era ligeramente mas alta que el promedio.
Shinobu obviamente también creció aunque no tanto por que seguía siendo una niña y ya logra controlar mejor su quirk de Mariposa, carecía de fuerza mas eso lo compensaba con habilidad, ligereza y velocidad que poseían dichos insectos.
En este mismo momento, las tres integrantes de la familia Midoriya se encontraban en el patio atrás de la finca, Kanae practicaba arduamente con una katana real que su abuela le ha estado prestando para entrenar desde que cumplió los doce años. Mientras tanto, Hana la supervisaba sentada en la terraza apoyándose en un bastón y a su lado estaba Shinobu hablando con ella.
-Shinobu: Por favor, abuelita. Quiero entrenar igual que Nee~san (suplicaba con voz tierna a la mayor con el fin de convencerla)
-Hana: (tosió) Por centésima quinceava vez, Shinobu, dije que no. No eres tan fuerte como para usar bien una katana como tu hermana. Y si no dejas de insistirme (tosió) voy a hacerte limpiar sola la finca entera por los siguientes cuatro meses (amenazando seria al cansarse de escuchar a su nieta suplicando por entrenar)
-Shinobu: Bueno (dijo a regañadientes dejando de molestarla ante la amenaza)
-Hana: Kanae, se acabó el entrenamiento. Es todo por hoy (ordenó en voz alta a su nieta mayor, quien volteó a verla)
-Kanae: Si, abuela (dijo envainando la katana en su funda que llevaba en su costado derecho y con su antebrazo se limpió el sudor que escurría por su frente para después acercarse a la mayor de la familia y le entregó el arma prestada)
-Hana: Shinobu, guarda la katana en la sala de entrenamiento, y no juegues con ella (ordenó a su vez que la pasaba la espada enfundada a la niña, y haciendo un serio hincapié en lo último)
-Shinobu: (asintió llevándose el arma entre sus brazos hacia donde le ordenaron llevarla)
Después de que Shinobu se retirara momentáneamente, dejándolas solas, Hana se esforzó por levantarse ayudándose con el bastón, Kanae veía lo mucho que batallaba su abuela en hacer una acción tan simple como ponerse de pie.
-Kanae: Abuelita, déjame ayudarte (dijo preocupada ofreciéndose a ayudarla, mas su abuela la detuvo haciendo el gesto de alto con su mano libre)
-Hana: No te preocupes, Kanae. Estoy bien, es solo la edad (dijo sonriéndole despreocupada al ya estar bien de pie y volvió a toser) Ven, camina conmigo (decía indicándole que la siga a su vez comenzaba a caminar con ayuda de su bastón hacia el interior de la casa)
-Kanae: De acuerdo (decía no muy convencida de que su abuela estuviera bien y solo se limitó a seguirla estando a la par que ella durante la caminata)
Avanzaban por los pasillos de la finca mariposa a paso lento debido a lo lento que caminaba la mayor y Kanae ya estaba preparada para ayudarla en caso de que se cayera.
-Hana: Has progresado mucho últimamente. ¿Ya dominas todas las posturas que te enseñé? (preguntó seriamente mirando hacia adelante)
-Kanae: Casi. Ya me canso cada vez menos al usarlas, pero no entiendo por que me enseñaste el "Baile de la Flor" (dijo sonando un poco inconforme con la enseñanza)
El "Baile de la Flor" es un arte de combate con la katana creada por una antigua antepasada de la familia Midoriya con el fin de explotar al máximo el poder que tienen todas las mujeres de la familia de un modo seguro. Dicho arte de combate se conforma por seis posturas que se pueden usar durante la batalla, y al parecer se cree que había una séptima postura, pero no hay ningún tipo de registro familiar que pruebe su existencia, por lo que terminó en el olvido.
ESTÁS LEYENDO
La Espadachín de la Flor
FanficDesde que era una niña eh soñado con vivir en un mundo mejor en el que todos pudieran vivir de una manera pacífica y sin temor alguno, pero desafortunadamente existen seres que obstruyen el camino a un mañana mejor que el ayer. Juro que me enfrentar...