•°Sin importar lo que pase°•

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Ella es imperfecta, pero por nosotros lo intenta.

~Wakasa Imaushi.

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Era un 4 de agosto...
Año 2005...

Rei Koteshi falleció y se volvió a reunir en la otra vida con su familia.

Eran las 4 de la mañana cuando la madre de los Koteshi dió su último respiro. Las cosas sucedieron muy rápido. A las 8, ya estaban todos en la funeraria.

Una vez culminado el funeral y entierro todas las personas se fueron a sus hogares. Bueno... No todas.

Mikey, Baji, Mitsuya y Chifuyu se quedarían con Shira. No iban a separarse de ella. No ahora.

No se dieron cuenta de cuando su amiga se había retirado del lugar, Marcos arrodillado en frente de la lápida llorando, les dijo que no sabía a dónde se había dirigido su gemela.

Pero Mikey si lo sabía...

[...]

Ese mirador, ese lugar que tenía un significado único y especial para ella. No era muy recurrido, así que estaba sola en ese sitio.

Luego de visitar a Draken, decidió ir a ese preciado lugar. El cielo lloraba, al igual que ella.

Se apoyó en la barandilla, viendo el hermoso paisaje de todo Japón, algo digno de ver.

Retrocedió y se sentó en una banca algo dañada, pero muy importante para ella.

Lágrimas volvían a salir de sus ojos sin control alguno; al final, todos sus miedos se vieron realidad. Su madre le enseño muchas cosas, pero nunca le enseño a como vivir sin ella.

Quería y a la vez no la compañía de alguien.

Hasta que lo escuchó...

El sonido de esos motores que reconocería donde fuera. No giró su cabeza, pero pudo sentir como sus amigos bajaban de sus motos y se dirigían hacia ella.

Nadie dijo nada, ellos tomaron asiento alrededor de ella. Chifuyu le entrego una caja de pañuelos, y Mikey le obligó a recargarse de su hombro. Quería aguantar las ganas de llorar, pero lo hacía desde hace mucho... Y ya no podía, se dejó llevar.

Así estuvieron un par de horas, ninguno dijo ni una sola palabra, pero le estaban haciendo compañia. No la dejarían sola en este momento, aunque les doliera escucharla llorar.

La escucharon llorar de verdad. En el sentido de que... Se estaba liberando.

Draken quería estar con ella, pero no podía por su hospitalización.

Ella lentamente se levantó de su asiento, sus amigos la miraban atentamente por si hacía algo estúpido, como siempre.

-¿Saben? -Se acercó nuevamente al barandal- Aquí... Fue donde mi madre me trajo apenas llegamos a Tokyo... Hace 11 años.

Ellos la escuchaban en silencio. La lluvia golpeaba el rostro de la chica pero poco le importó.

Los de la ToMan se apoyaron en el barandal del mirador junto a ella, rodeándola de nuevo.

-Mi padre, días antes de morir me dijo que... Cuando alguien que amas muere -Ella bajo su mirada, está vez no estaba secando sus lágrimas- Duele el alma, duele hasta respirar, pero pronto se te pasará

  𝐸𝑙 𝑎́𝑛𝑔𝑒𝑙 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑇𝑜𝑀𝑎𝑛 | 𝑇𝑜𝑘𝑦𝑜 𝑅𝑒𝑣𝑒𝑛𝑔𝑒𝑟𝑠 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora