(Continuación del capítulo anterior)
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Años atrás...
El mismo día...Había pasado por lo menos una hora, ella no se había movido de aquel lugar, seguía ahí sentada, esperando que su hermano mayor tal vez cambiara de opinión y regresará a casa con ella.
No se dió cuenta de cuándo comenzó a llorar. Ahora llevaba sobre su espalda el gran secreto de su hermano. Shira fué la última que lo vió antes de que Ciel desapareciera.
-Oye... ¿Estás llorando? -Una voz femenina y muy infantil hizo que Shira dejara de pensar en lo que debería hacer ahora-
-¿Perdona? -Miro a la pequeña junto a ella. Era una niña muy bonita de no mucho más de 4 años-
-Te ví aquí sola... -Explicó la pequeña con algo de vergüenza- Quise saber lo que te sucedía -Admitió mientras desviaba su mirada al cabello blanco de la mayor- ¡Tienes un cabello muy bonito!
Koteshi la miró con dulzura, y so rió levemente. Esta niña había ablandado un poco la angustia por la que estaba pasando en ese momento.
-...-Ella miró la sonrisa que Shira dibujo en su rostro-
Le pareció lo más hermoso que había visto jamás. La combinación de su piel palida, su cabellera blanca y sus lindos ojos azules se robaron por completo la atención de la menor.
-¿Eh? ¿Qué sucede pequeña? -La mayor la miró confundida y algo preocupada por su repentino cambio de actitud-
Como no respondía, sino que la veía fijamente, decidió cambiar la conversación.
-¿Cómo te llamas? -preguntó gentilmente-
-Luna... -Timidamente sonrió-
-Que bonito nombre, linda. Soy Shira.
Ella volvió a sonreír.
La pequeña se sentó junto a ella, mirando su rostro y luego observando sus manos. Algo dentro de ella se iluminó en cuanto miró esa zona.
-Disculpa... ¿Eres un ángel?
La miró con brillos en sus ojos. Shira frunció el ceño cuando la pequeña tomo una de sus manos para ver las pequeñas líneas que estaban trazadas en sus muñecas. En ese momento, la albina no se había percatado de ese detalle.
-¿Qué? ¿Por qué preguntas eso, Lunita? -Shira apartó un mechón de su cabello, colocándolo detrás de su oreja-
-Mi abuela me decía que las personas que tienen estas pequeñas líneas en las muñecas son ángeles -Explicó-
Al darse cuenta de lo que dijo, miró rápidamente sus muñecas, avergonzada por lo que la pequeña veía.
-Pero yo no soy un ángel -Dijo con amabilidad y voz suave-
-¡Claro que lo eres! -Dijo con los brazos cruzados y con carita enojada. Se veía tan tierna- Mi abuela me dijo que los angeles tienen esas marcas porque no soportan la vida aquí en la Tierra -Shira la miró perpleja, no sabiendo cómo responder a eso- Porque este mundo les destroza, por eso quieren volver al cielo -Sonrió hacia la mayor, una sonrisa pura e inocente- Son muy sensibles al dolor de los demás, y el dolor de ellos.
-¿Sabes qué? -La mayor finalmente sonrió- Tu abuela es muy sabia...
-¡Lo sé! Mi abuela también es un ángel, pero ella ya volvió a su casa, el cielo.
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𝐸𝑙 𝑎́𝑛𝑔𝑒𝑙 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑇𝑜𝑀𝑎𝑛 | 𝑇𝑜𝑘𝑦𝑜 𝑅𝑒𝑣𝑒𝑛𝑔𝑒𝑟𝑠
Fiksi Penggemar𝐒𝐡𝐢𝐫𝐚 𝐊𝐨𝐭𝐞𝐬𝐡𝐢, era una chica con caracter fuerte, una lealtad impresionante, una sonrisa que fácilmente podría contagiar a todos a su alrededor; encariñarse con ella era increíblemente extraño y fácil, eso que a veces actuaba de una form...