—Vete.—Es mi último aviso, cara de ángel. Dentro de tres minutos nos vamos.
Build abrió los ojos lo justo como para echarle una ojeada al reloj y ver que eran las cinco de la madrugada. No pensaba ir a ninguna parte a esas horas, así que se acurrucó aún más bajo las
mantas y volvió a dormirse. Lo siguiente que supo fue que Bible lo cogía en brazos.—¡Eh! —gritó. —¿Qué haces?
Sin decir ni una palabra, Bible lo sacó al gélido aire matutino, lo metió dentro de la cabina de la camioneta y dio un portazo. La fría tapicería de vinilo contra sus piernas desnudas espabiló a Build
de golpe y le hizo recordar que sólo llevaba puesto una camiseta y unos diminutos boxers azules. Él
subió por el otro lado y unos instantes más tarde abandonaban el lugar.—¿Cómo has podido? ¡Sólo son las cinco de la madrugada! ¡Nadie se levanta tan temprano!
—Nosotros sí. Tenemos que ir a Carolina del Norte.
Bible parecía bien despierto. Se había afeitado y se había puesto unos jeans y una camisa roja. Él deslizó los ojos por las piernas desnudas de Build.
—Espero que la próxima vez te levantes cuando te lo diga.
—¡No estoy vestido! Tienes que dejarme coger la ropa. Y necesito maquillaje. ¡Mi pelo...! ¡Tengo que lavarme los dientes!
Él metió la mano en el bolsillo y sacó un aplastado paquete de chicles.
Build se lo arrebató, sacó dos y se los metió en la boca. Volvió a recordar los acontecimientos de la noche anterior. Escudriñó la cara de Bible buscando algún rastro de resentimiento, pero no lo encontró. Estaba demasiado cansado y deprimido para volver a discutir, pero si no le replicaba,
parecería que se había rendido y que hacía lo que él quería.—Va a ser duro para mí quedarme aquí después de lo que sucedió anoche.
—No te iba a resultar fácil de todas maneras.
—Soy tu esposo —dijo con voz queda— y también tengo mi orgullo. Anoche me humillaste delante de todo el mundo y no me lo merecía.
Él no dijo nada y, si no hubiera sido por la manera en que frunció los labios, Build habría
pensado que no lo había oído. Se sacó el chicle de la boca y lo guardó en el envoltorio.—Por favor, para y déjame coger mis cosas.
—Deberías haberlo hecho antes.
—Estaba dormido.
—Te avisé.
—Eres un robot. ¿Acaso no tienes sentimientos?
Build tiró del bajo de la camiseta para taparse todo lo posible.
Bible bajó la mirada a los desnudos muslos de Build. —Oh, claro que tengo sentimientos. Pero no creo que sean los que tú quieres.
Build siguió intentando bajarse la camiseta.
—Quiero mi ropa.—Te desperté con tiempo de sobra para vestirte.
—Lo digo en serio, Bible. Esto no es divertido. Estoy casi desnudo.
—De eso ya me doy cuenta.
—¿Te excito? —preguntó bruscamente a causa del sueño que tenía.
—Sí.
Eso sí que no se lo esperaba. Había pensado que él le respondería con su habitual desdén. Al recobrarse de la sorpresa, le lanzó una mirada feroz.