SARAH
Cuando salimos de aquel juzgado no estaba preparada para afrontar todo lo que venía.
No sabía si había tomado la decisión correcta.
Pero también hubiera sido incorrecto irme a un lugar en dónde no me querian.
Tome mi mochila y comencé a guardar mis pocas cosas, mis libros, mis agendas.
Por último tome aquel abrigo que Cassie me había obsequiado. Era mi favorito, no solo porque tenía un hermosos color, si no porque era cálido y suave.Escuché la puerta y salí de mis tontos pensamientos.
Aquella asistente dijo que tenía que bajar de inmediato porque aquel auto nos esperaba para llevarnos a casa de mi tía. A mí nuevo lugar.En el camino los nervios comenzaron a hacerme mal. Mi estómago dolía, y era señal de mi ansiedad.
También mis manos comenzaron a sudar, a pesar del gran frío que hacía afuera.La casa de aquella mujer, mi tía, quedaba un poco lejos del hogar. Estuvimos sobre la carretera un poco más de treinta minutos.
En la zona no había demasiadas casas. O al menos estaban muy separadas.
Se veía algo solitario. Y hasta aburrido.Cuando aquel auto se freno sentí una sensación rara. Algo me decía que no debía bajarme pero la asistente clavo la mirada en mi y a los pocos segundos reaccione y baje.
-¡Sarah! ¡Bienvenida!- exclamó aquella mujer. Su comportamiento era demasiado raro. Y hasta me incomodaba. No parecía real.
Ella nos adentro en su casa y cuando quiso tomar mi mochila para cargarla yo me negué sosteniendola yo misma.
La casa adentro era rara. Había algo que no me convencia.
No sé si sus adornos viejos o la luz demasiado oscura y cálida.
O que estuviera solo ella viviendo aquí.Tenía entendido que tenía dos hijos, pero ambos mayores.
Quizá ya no vivían con ella.
Y su marido había fallecido hace muchos años, aunque nunca lo conocí. Claramente sabía de eso por alguna conversación que había escuchado de mi madre.La asistente social comenzó a hablar con ella y hacer un par de preguntar.
Ambas miraban papeles, sobre mi claro.
Y luego de unos largos minutos ella se puso de pie.
Fue ahí cuando mi miedo aumento. O acaso yo no quería que ella me dejara aqui.-¿nos disculpa un momento señora Collens?- dijo aquella asistente. Mi tía se fue hacia lo que sería su cocina.
La asistente espero a que mi tía desaparezca de la sala para acercarse a mi.
-estaremos en contacto todos los días ¿esta bien?- dijo mirandome. Yo asentí pero no estaba para nada convencida. Cada segundo que pasaba mis ganas de quedarme aquí eran menos.
-es normal que estés nerviosa, pero las cosas irán mejorando y te acostumbraras- agrego ella- tienes mi número y el del hogar en tu móvil, cualquier inconveniente bastara con una llamada- dijo.
Yo asentí, porque ya no había vuelta atrás.
Mi tía volvió a la sala y acompaño a la asistente a la puerta.
Solo escuché aquel auto irse y como una ola de silencio invadió este raro lugar.
Mi tía volvió a la sala y me observo unos segundos en silencio.-tienes un cuarto arriba, en la segunda puerta- soltó- si tienes hambre busca algo en el refrigerador, voy a salir un minuto- dijo mientras buscaba su abrigo.
Tomo las llaves y salió. Pero lo que más me llamo la atención fue que halla cerrado ambas puertas con llave.
Aún sentada en aquella sala, con mi mochila en mis manos apretándola fuerte.
Sabía que no quería estar aquí mañana en la mañana, y menos hoy en la noche.
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¿Soy hija de Luke Morrow?
Fanfic-¿Quien pensaría que el sería mi padre?. Parece un chiste. Pero un chiste de mal gusto. -¿En que estaba pensando?. Esa niña no puede ser mi hija. Un día como cualquiera, pero que le cambia el destino a dos personas. Nadie se libra de su pasado. Y...