Alguien más

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Mi maldito corazón es necio porque sigue aferrado a ti, aún cuando sabe que es imposible que algo entre tú y yo pase.

He conocido a alguien más, a una persona muy linda y atenta. Pero yo sigo pensando en ti, extrañando nuestras largas conversaciones, extrañando el olor de tu perfume, tus abrazos, tu sonrisa, el brillo en tus bellos ojos, el sonido de tu voz.

Si tú me dijeras que hay algo que pudiera cambiar, lo haría; si existieran las máquinas del tiempo regresaría a aquellos días donde te tenía.

Quiero avanzar, quiero continuar, quiero que dejes de doler, quiero poder conocer a alguien y quererele también.

Aunque sabes, quizá esto suba tu ego, pero ya cualquier personas me parece poca cosa comparada contigo. Tal vez eso suene mal, y la vida me dio una cachetada porque a lo mejor fui poca cosa para ti.
¿Lo ves? Has dejado una marca profunda en mí...

Mi orgullo, o mi dignidad, no me deja buscarte, me da miedo humillarme por migajas de cariño otra vez; en un punto ya te busqué, traté de remendar este desastre pero nunca vi que tú pusieras de tu parte.

Maldita sea, antes de ti estaba tan bien, tan cautelosa antes de querer enamorarme.
Dios, ¿Por qué no pensé en esto antes?
Sal de mi cabeza, de mi corazón y de mi vida. Sí, digo eso pero aún sosteniendo tu recuerdo entre mis manos.
Y ahora lloro, lloro pensando en cómo hubiera terminado si no te hubieras alejado.

Te quiero... pero quererte me está doliendo

Las cartas que no entregué Donde viven las historias. Descúbrelo ahora