Las cartas que no entregué

¿Amor, costumbre u obsesión?

Estuve tan cerca de volver a ti,
de querer hacer las cosas bien, como desde un principio debieron ser.
De valor me armé para intentarlo otra vez,
Aunque al final no funcionó,
tu corazón ya había encontrado a otro amor;
pero para aumentar mi dolor,
ese amor resultó ser de alguien más y no te importó.
Si la mala del cuento era yo, ¿qué nombre le das a tu acción?
Es esa la razón por la cual no quise volver a hablar.
Y no es orgullo sino atención mendigar.
Por fortuna leer mentes es fantasía, porque si pudieras leer la mía,
te sorprendería cuántas veces te pienso en el día.
Por fortuna no has leído todo lo que sobre ti he escrito,
Porque de ser así mi alma ardería al observar aún tu lejanía.
¿Amor, costumbre u obsesión?
¿Qué piensas que pasó entre tú y yo?
Quizá fue un amor que tanto se acostumbró hasta que obsesión se volvió.

Y me dolió, me dolió cada día sin oír tu voz,
Sin sentir la calidez que tu alma,
Sin dormir después de darte las buenas noches,
sin recibir un mensaje de buenos días.
No puedes entrar a la vida de alguien, hacer que te quiera y luego marcharte.
Y sé que yo estuve mal, pero hay testigos de que te quise recuperar.
Aunque ahora no más... ya se terminó y no lo puedo forzar.