Amiga

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Para: Fafa

No tengo idea de por dónde empezar.
Ok, creo que esta carta sería tal vez la única que podría entregar a su destinatario. Pero no lo haré, ella tendrá que leer el libro para darse cuenta de que hay un una parte que le he escrito.

Fafa, desde el primer día que te vi atrapaste mi corazón, tu calidez mi alma iluminó, y recuerdo cómo deseé que fueras mi amiga.
Te veía reír con algunas otras chicas, pero yo era demasiado tímida para acercarme y hablarles.
Aunque me ahorraste el trabajo al tú hablarme primero.
Subimos al autobús y no me equivoqué respecto a lo que pensé de ti, hiciste chistes que me hicieron reír, me regalaste confianza y una agradable compañía.

Hay algo que no sabes, en esos momentos yo atravesaba por situaciones difíciles, y tu compañía me hacía sentir mejoría.

Por azares del destino, nos alejamos unos meses del mismo camino, pero nunca olvidaré el día en que me reclamaste porque dejé de saludarte. Te expliqué y me entendiste, además tu mano me extendiste.

Y a partir de ahí, nos volvimos inseparables.

Te amo tanto, amo tu amistad y no quisiera perderla nunca, eres esa amiga que siempre había querido, alguien que me entendiera, que me escuchara y que me apoyara.
Lo que más atesoro en mi corazón, es sobre el día que te expresé aquella confusión. Tú no me cuestionaste, sino que me apoyaste.

Contigo tengo de todo, risas, lágrimas, largas conversaciones complejas, música, letras, libros y poemas. ¿Qué más puedo pedir si tengo todo junto a ti?

Y mientras escribo esto, lloro.

Estás en mi vida y quiero que aquí te quedes, estás en las letras, en cada canción de Taylor Swift, en las guitarras, en las pinturas de Vangogh, en las canciones de kpop, estás en cada baile, en el color café, en los tés, en el otoño, en los gatos.
Tú dejaste una parte de ti en mí, has marcado mi vida como no te imaginas.

Quiero que sigamos creciendo juntas, que pasen los años y veamos cómo cumplimos nuestras metas, quiero vernos juntas el día de nuestra graduación, quiero estar ahí cuando te cases, cuando compres una casa, cuando viajes, cuando tengas hijos.

Te amo tanto, querida amiga.

Sinceramente: Claris

Las cartas que no entregué Donde viven las historias. Descúbrelo ahora