La mariposa

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Un día me contaron una historia sobre una mariposa. Y hoy, yo quiero contártela a ti.

Imagina que estás en un campo, corriendo tras una bella mariposa; pero mientras más corres, más se aleja. La mariposa se abruma tanto que se aleja lo más que puede.
Entonces, te cansas y simplemente dejas de perseguirla.
La mariposa ahora reclama tu atención, y ahora es ella quien empieza a perseguirte buscando que la mires otra vez.
Eso mismo suele pasarnos a la mayoría con los vínculos amorosos que creamos.

Muchas veces he sido esa persona que persigue a otras personas, que se aferra demasiado, que busca, ruega e insiste. Pero mientras más me aferro, ellos más se alejan.
Pero hoy es diferente... Hoy soy la mariposa.

Soy esa mariposa que busca la atención de aquella persona que a diario la buscaba, que cada mañana llenaba el chat con mensajes deseandome un buen día.
La extraño, la extraño demasiado.

Pero a la vez me siento una total cobarde porque yo la dejé ir...
No hay día en que no la espere otra vez, y quizá recuperar lo que fue.
Porque incluso mi celular extraña sus llamadas.

Las cartas que no entregué Donde viven las historias. Descúbrelo ahora