Fuimos todo y fuimos nada

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Para: El chico de la bata

Has dejado estándares grandes en mi vida, tú habías sido mi último amor, y eres también el único que tuvo el valor de hablar.

Hoy recordaba que ha pasado exactamente un año de que conviví contigo, es raro porque siento que algunos recuerdos se han bloqueado y en mi mente hay pocos momentos en los que estabas a mi lado.
No sé exactamente qué decir en esta carta, creo que sólo la estoy escribiendo porque pensé en ti.

Primeramente, quiero agradecerte por el tiempo compartido, por las pláticas bajo la sombra de aquel árbol, el cual me sigue recordando a ti, gracias por la música, por brindarme tu compañía y porque cuando lo necesité, fuiste el único que estuvo para escucharme.

Aunque aquello que más te agradezco, es tu honestidad, gracias porque ahora no espero menos en un chico, porque me enseñaste qué es la responsabilidad afectiva, porque siempre buscaste la manera de solucionar todo hablando.

Fuimos todo y fuimos nada, estuvimos tan cerca y tan lejos, en una línea delgada entre dos enamorados y dos extraños, nos quedamos en el "casi" y olvidamos el "algo".
Pero al final, ganó el "nada".

Gracias, muchas gracias por enseñarme un fragmento de cómo debe funcionar un vínculo saludable.
Sí, sé que en un momento las cosas se pusieron un poco incomodas, pero entiéndeme, no estaba en mis cinco sentidos.
Y ahora mi corazón se alegra cuando raramente me saludas, ya no porque sienta ese "amor", sino porque ve a ese gran hombre con quien por fortuna coincidió.

Después de todo este tiempo, aquella canción volvió a sonar como antes de que la dedicara para ti.

Sigue brillando.

Sinceramente: La chica que te dedicó "Adore you"

Las cartas que no entregué Donde viven las historias. Descúbrelo ahora