23 ; juani caruso

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Juan Ignacio Caruso estaba plena y completamente enamorado

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Juan Ignacio Caruso estaba plena y completamente enamorado.

Plena, completa y locamente enamorado de su mejor amiga, una chica que conoce desde los tres años, con la que hizo pijamadas toda la vida, la que soportó cada lágrima, cada corazón roto, cada fase por la que paso.

Debe ser un ángel, o eso le gusta pensar a él, porque Juani no se bancaba ni a si mismo a veces.

Y acá están, los dos en España, él dando un show, ella apoyándolo como siempre.

Es una dulce, eso es seguro. Un poco inexperimentada, tímida, nerviosa social, ansiosa: es un desastre, así se define, pero Juani la describiría de otra manera. Radiante sería la primer palabra utilizada: no muy cariñosa, pero eso vuelve cada mimo un regalo que él toma con orgullo. Es mucho más racional que Juani, y es también la primera en defenderlo por sus boludeces (es también quien lo reta siempre por eso).

Así que sí, Juan Ignacio Caruso está completamente enamorado de su mejor amiga.

El único defecto de ella es que simplemente no caza las indirectas (o se hace la tonta): Juani es obvio, siempre lo fue para todo; indirectas bien directas en Twitter, mimos, un cariño excesivo del que ella no se queja nunca. Sin embargo ella es así: necesita que le digan todo a la cara, directo y de frente.

Así funciona la vida, así dice.

Juani no sabe funcionar así, no cuando está frente a ella.

Pero ya están lejos de cámaras, de fanes que lo siguen y lo persiguen. Ahora solo están en su departamento, pero se siente fallecer por completo.

Hoy luce mejor que nunca: tiene puesta una mini de jean que le queda preciosa (no puede evitar mirar un segundo sus rodillas desnudas, desviando los ojos de inmediato), una musculosa blanca y su campera.

Su campera, ¿se entiende? Suya.

Sus ojos solo se enfocan en su rostro fruncido. Tiene los labios apretados en un pico, las cejas fruncidas y los ojos serios. Muy concentrada, casi enojada, acurrucada por completo contra la esquina del sillón.

-¿Qué pasa, bolu?

-Nada, este juego de mierda -refunfuñó, tirando su teléfono a su costado-. Es una porquería.

-Sos la única tarada que sigue jugando al Candy.

-Bueno, che -chasqueó las lenguas-. Me entretiene.

-Pareces Enzo -se burló.

-El día que me parezca a él me voy a dar un besito en el espejo -bufó, levantándose.

Se acercó hasta su mini heladera, agachándose para agarrar una gaseosa; la campera cubría lo que la pollera doblada no, sino Juani hubiera muerto ahí.

Se giró a verlo, tomando de la Sprite con la misma expresión frustrada. Captó su mirada fija en cuestión de segundos, hablándole al alejar su boca de la lata.

ONE SHOTS, lsdln castDonde viven las historias. Descúbrelo ahora