Muragiyuu

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Murata un alfa de 21 años, no es la persona más extravagante o mejor parecido para muchos ya que incluso le han dicho que el tuvo suerte al ser de la casta superior y que no se tendría que preocupar por nada.

Murata se crió en un pueblo tranquilo junto a sus padres, creció con la idea de que algún día el encontraría a su destinado o destinada por esa misma razón se negó a tener algún compromiso pues en su mente estaba la idea de que si aceptaba salir con alguien más, su pareja destinada no sabría que hacer.

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Fue en un pueblo durante su misión de patrullaje en donde la encontró, una linda omega, pelo café al igual que sus ojos, en cuanto ambas miradas se cruzaron lo supieron, eran destinados; acercandose con cuidado se tomaron de las manos mientras sonreian.

Soy murata, un gusto! -están feliz, sabía que la espera valió la pena-

Un gusto murata-san, me presento soy Misaki ishikawa -sonreia con un leve sonrojo, no podía creer que encontró a quien será su pareja-

Ambos sonreian, sentían sus corazones latir uno por el otro sin parar, nada mejor que encontrarte con quien es tu otra parte, tu complemento.

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Desde que iniciaron aquella relación aclararon muchas cosas, como el echo de que murata no podría frecuentarla a menudo o el echo de que podría morir en cualquier momento, ella entendió que el trabajo de su destinado era más que peligroso así que se estuvo preparando mentalmente para cualquier situación.

Para Murata la relación que lleva con la joven ishikawa es más que perfecta, cada que va a verla cuando puede es recibido con cariño, comida y luego puede estar un rato con su omega, nada mejor que esto ¿no?

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Eh?... Pero, hice algo mal? -Su corazón se rompía por cada palabra que salia de quien se supone que es su compañera-

¡Si! ¡Todo! Como voy a estar con alguien que no puede ni defenderse a si mismo y que encima no está junto a mi -Ella reclama mientras muchas  lágrimas caen de sus ojos-

Era una pelea qué ya llevaba su tiempo, el mismo tema de siempre, las mismas palabras, las mismas actitudes y acciones, su relación se había vuelto monótona y aburrida, ninguna de las partes involucradas apreciaba esto pues la omega ya tenía una marca que no pertenecia a murata, quien ya se empezaba a cansar, no solo de esta rutina si no también de tener que compartir su territorio con otro alfa.

Suspiro y salió de aquella casa, tenía una misión que cumplir; mientras murata se alejaba los gritos y reclamos de su ahora ex pareja se escuchaban por todo el pueblo pues ella ante su enojo por la falta de comunicación en aquella relación solo se desquitaba con el alfa ya que este mismo es incapaz de golpearla.

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Han pasado ya unos 5 meses, murata dejo de frecuentar aquel pueblo pues ya no tenía razón para hacerlo, no tenía un destino pues sentía su lazo roto; con el paso de esos meses se le fue asignada una misión en un monte a ¿donde? No presto atención ya que su mente estaba en otras cosas, siguió a sus compañeros para eleminar a aquel demonio qué se ocultaba entre la espesura de los árboles.

Momentos de giyuu y shipsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora