Amor y demonios una combinación rara

capitulo 3 Las Cicatrices del Alma

El bosque susurraba secretos mientras Douma sostenía el brazo de Angel. Las vendas manchadas de sangre se desenrollaron, revelando cortes profundos en sus muñecas. El corazón de Douma se encogió ante la visión del dolor que ella había infligido a sí misma.

"¿Por qué?" preguntó Douma, su voz ronca. "¿Por qué te haces daño de esta manera?"Angel apartó la mirada. "No es asunto tuyo", murmuró. "Ya no tenemos nada que ver el uno con el otro".

Pero Douma no podía dejarla ir. La tomó por los hombros y la miró fijamente. "¿Crees que no me importas?" dijo con voz firme. "Te amo, Angel. Aunque nuestra relación esté rota, no puedo soportar verte sufrir".

Angel intentó liberarse, pero Douma la transportó a su guarida. Las paredes estaban cubiertas de sombras y telarañas. El aire olía a tierra y desesperación. Angel temblaba, sus alas de mariposa agitándose con ansiedad.

"¿Qué haces?" susurró Angel. "Debo irme".

Douma la sostuvo con ternura. "Ya no estarás sola", declaró. "Deja que cuide de ti, que cure tus heridas. No puedo cambiar el pasado, pero puedo estar aquí para ti ahora".

Angel luchó contra las lágrimas. "No merezco tu bondad", dijo. "He mentido y he traicionado. No merezco ser amada".

Douma acarició su mejilla. "Todos cometemos errores", susurró. "Incluso los demonios. Pero también podemos redimirnos. Permíteme estar a tu lado".

Angel intentó irse, pero Douma la detuvo con un beso suave. Sus labios se encontraron en un abrazo desesperado. En ese momento, las cicatrices del alma parecieron desvanecerse un poco."No te dejaré", prometió Douma. "Juntos enfrentaremos la oscuridad y encontraremos la luz".Y así, en la guarida silenciosa, dos almas rotas se aferraron una a la otra. El abismo entre ellos seguía abierto, pero ahora, había una posibilidad de sanar. El amor y la redención se entrelazaban, como hilos de esperanza en la noche eterna.