La noche de la fiesta de *Mitsuri* y *Shinobu* estaba llena de luces parpadeantes y risas. Los Pilares se habían reunido para celebrar una rara pausa en la lucha contra los demonios. *Ángel* se sentía fuera de lugar; no estaba acostumbrada a tanta gente ni a tanta alegría. Pero había venido en busca de *Obanai*, el hombre que ocupaba sus pensamientos día y noche.
Ángel había notado que Obanai se comportaba de manera extraña últimamente. A veces, lo veía sonreír en silencio o mirarla con una intensidad que la hacía ruborizar. Pero siempre se alejaba antes de que pudiera decir algo. Ángel no sabía qué pensar; su corazón estaba en un torbellino de emociones.
Cuando llegó a la fiesta, buscó a Obanai entre la multitud. Lo encontró detrás de un enorme árbol, hablando en voz baja con *Uzui* y *Sanemi*. Ángel se escondió detrás de una columna y los escuchó.
"Apuesto a que no puedes decirle a Ángel que la amas", decía Uzui con su voz melodiosa. "Ella es tan tímida y dulce. No tienes las agallas para confesar tus sentimientos".
Sanemi se rió. "Tienes razón, pero no puedo resistirme a una buena apuesta. Si pierdo, te debo una cena".
Ángel sintió que su corazón se detenía. ¿Una apuesta? ¿Obanai le había dicho esas palabras solo por una apuesta? Las lágrimas llenaron sus ojos, y salió corriendo del lugar. No podía soportar la idea de que su corazón hubiera sido jugueteado.
*Tomioka Giyu*, siempre atento, la siguió. La encontró en un rincón oscuro, sollozando en silencio. "Ángel", dijo suavemente, "¿qué sucede?"
Ella le contó todo, entre sollozos. Giyu la abrazó y la consoló. "No todos somos como Uzui y Sanemi", dijo. "Algunos de nosotros decimos la verdad desde el corazón".
Ángel levantó la vista y vio a Obanai acercándose. Sus ojos dorados estaban llenos de angustia. "Ángel", dijo, "no puedo explicarlo todo ahora, pero por favor, escúchame".
Ella lo miró con desconfianza. "¿Es cierto lo que dijiste? ¿O fue solo una apuesta?"
Obanai tomó su mano. "Fue una apuesta, pero no como crees. Aposté mi corazón. Aposté que podrías amarme a pesar de mi oscuridad. Y perdí".
Ángel lo miró, confundida. "¿Perdiste?"
Obanai sonrió. "Porque tú ganaste. Me has mostrado que el amor es más fuerte que cualquier apuesta. Ángel, te amo".
Ángel dijo: No quiero volverte a ver nunca obanai lo que decían de ti es cierto, eres un ser despreciable solo te importa tu conveniencia y mira lograste hacerme daño
En ese momento ángel salió corriendo y obanai quería ir tras ella pero giyu dijo:
giyu- déjala yo voy tras ella no querrá verte ni hablar contigo.
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Amor y demonios una combinación rara
RomantizmAngel, una joven cazadora de demonios, se une a los Pilares del planeta Tierra tras la devastadora muerte de su madre Kana a manos de Muzan Kibutsuji, el Rey Demonio. Consumida por la venganza y la sed de justicia, Angel se embarca en una peligrosa...