𝟏𝟎| 𝙲𝚘𝚛𝚊𝚣𝚘́𝚗 𝚛𝚘𝚝𝚘

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Jane estaba sentada en un taburete, esperando a que el rubio atravesará la puerta y se sentara a su lado, pero nunca llegó. A la siguiente clase también lo espero y de nuevo no llegó,  a la tercera clase aún tenía la esperanza de que este llegase, no llegó. A la cuarta clase aún miraba la puerta pero su esperanza se había perdido, se preguntaba qué había pasado, cuál era el motivo por el cual Gustav había faltado a todas las clases de hoy

—Te dije que era un capullo—Contestó Tom después de que su amiga le contará toda la situación—Yo que tu no le creía nada—

—El me estaba diciendo la verdad—

—Yo se lo he dicho a varias chicas, no es nada del otro mundo, ahora que ya lo hizo con Micaela, irá por ti—

Su hermano Bill le metió un codazo por el brazo, para hacerlo callar

—No le hagas caso a este cabezota—Añadió Bill—Todos tenemos miedo a enamorarnos, incluso yo tengo miedo.  Lo que pasa es que todos los demostramos de diferentes formas, Gustav poniendo distancia, pero ahora que te lo ha confesado seguro que ya no lo hará, debe haber pasado algo por el cual no haya venido—

Dijo animandola, había pasado todo el almuerzo sin probar la merienda

—Callate deja de decirle mentiras—Hablo Tom
—No son mentiras—
—Es mejor que vea la realidad. Que casualidad que hoy tampoco haya venido Micaela—

Jane y Bill se miraron entre sí y luego buscaron  a su alrededor su rostro lo cual obviamente no encontraron

—¿Que estás queriendo decir?—Preguntó Jane con el corazón en la mano

—Que veas las cosas como son—Contestó el rastafari—Ese rubio no le tiene miedo al amor, te ha dicho mentiras para que caigas en la palma de su mano, creme... Ahora mismo seguro que la está pasando con Micaela—.—Antes de que lo rompas tu a el, el te terminará rompiendo, no seas ingenua Jane...—

Está vez Bill se quedó en silencio, sabía que Tom eres alguien realista por más duro que sonaban sus palabras podía tener una pizca de posibilidad

—Eres muy duro conmigo Tom—Jane estaba apunto de llorar

—No lo soy, tu eres la sensible—.—El mundo no es de color rosa, no digo que tenga razón pero ábrete a las posibilidades—

Tom se levantó tomando su mochila y poniéndole fin a la conversación, antes de irse palmeó los hombros de su amiga animandola, Jane suspiro largo hundiéndose en el asiento y quejándose

—Pudo haber teniendo un dolor estomacal—Dijo Bill
—Y Micaela también ¿No?—

—Te lo dije desde el principio, No-Te-Ilu-Si-Ones. Tengo que ir a mi siguiente clase, luego me hablaras de ese tal Ryan—

Este también se levantó, tras algunos segundo Jane también lo hizo, pero no directamente a su clase si no de regreso a casa, no tenía mucho caso asistir si de cualquier forma no podía tener la cabeza concentrada en los temas

。。。

Micaela meneaba las caderas sintiendo la masculinidad de Gustav sobre los pantalones, mientras sus labios se comían con descaro, las manos del rubio viajaban por toda la espalda de Micaela, No sabía lo que hacía pero...

Mentira, sabía lo que hacía, lo que quería. Besaba los labios de Mica mientras pensaba en el rostro de Jane, era un completo estúpido, por lo que estaba haciendo, quería olvidarme de este sentimiento antes de que acabará conmigo

𝗠𝘆 𝗡𝗲𝘄 𝗡𝗲𝗶𝗴𝗵𝗯𝗼𝗿; Gustav SchaeferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora