❤️‍🩹 4 de marzo de 2024 ❤️‍🩹

709 51 49
                                    

Lucero

Me despiertan los primeros rayos de sol que entran por la ventana del cuarto. Me froto los ojos y desbloqueo rápidamente el celular, que está justo al lado, en la mesita de noche.

Las 8 en punto, 4 de marzo, esa fecha siempre va a ser un puñal en mi corazón, aunque ahora ya no duela como años anteriores, es inevitable que una onda de nostalgia y tristeza me invada.

Dejo el celular a un lado y me giro, observando al hombre que tranquilamente duerme a mi lado. Le hago una sutil caricia en el rostro y me acomodo mejor en la cama, para poder observarlo mientras duerme.

Manuel siempre acostumbraba a quedarse horas y horas observándome, ya fuera durmiendo, hablando, riendo o simplemente arreglándome, él siempre dijo que amaba mirarme y, aunque nunca lo haya confesado abiertamente a nadie, a mi también me encanta contemplarlo.

En momentos como estos, sentía que su rostro sereno y relajado junto con su respiración acompasada, me transmitía la calma y tranquilidad que tanto necesitaba. Poco a poco, los latidos de mi corazón lograban apaciguarse.

En las últimas semanas, hemos tenido demasiados problemas, acabando en discusiones y peleas. Sin querer nos estábamos lastimando demasiado y aunque lo hablamos (y mucho) y logramos solucionar nuestros conflictos, aún hay cosas que resuenan en mi mente.

Queríamos, sobre todo yo, mantener nuestra relación lo más privada posible, lo más alejada de los reflectores y de los medios. Para eso, nos valimos de todo tipo de artimañas y pretextos, pero, últimamente, parecía cada vez más inviable poder seguir ocultando.

Manuel, en más de una ocasión, me sugirió que lo mejor era decir abiertamente que estábamos juntos, pero, que queríamos mantener nuestra vida personal privada, como debimos haber hecho desde que nos hicimos novios allá por el 95, quizás eso hubiera evitado que existiera el maldito divorcio.

Ya no podíamos hacer nada por cambiar el pasado, no podíamos retroceder en el tiempo y evitar tantos errores que nos llevaron a separarnos, pero, sí podíamos, y estaba en nuestras manos, decidir nuestro presente y nuestro futuro.

Siempre creí que hacer pública nuestra relación era demasiado arriesgado, ya que la prensa mexicana no respeta nada, pero hace unos días me viene dando vueltas la mente si no sería la mejor opción.

En este afán de querer ocultar nuestra relación, nos hemos lastimado demasiado y los rumores no hay forma de pararlos.

Hace unos días, cuando Manuel fue a España en un viaje exprés con algunos amigos y entre ellos una de sus ex (que se le acercaba demasiado pues está enamorada de él y piensa que está soltero) aunque confíe ciegamente en él y sé que no me va a traicionar, me dolió verlos tan juntos, sufrí al imaginarlo con ella mientras que yo estaba a tantos kilómetros de distancia.

Nunca había sido una mujer extremadamente celosa, durante nuestro matrimonio siempre confiamos el uno en el otro y existían los celos típicos de toda relación, pero nada tóxico. Ahora, en cambio, me sentía la típica esposa tóxica y al final tenía que reconocerlo, me volví insegura.

Mi ex novio me lastimó mucho, me traicionó y puso los cuernos demasiadas veces y con chicas mucho más jóvenes que yo. Todo eso hizo que ya no me valorara como antes. Siempre había sido muy consciente de que era bonita y resultaba atractiva para los hombres, no es que fuera vanidosa, pero sabía lo que valía.

De un tiempo para acá, eso cambio y aunque conozco a Manuelito y sé que me adora y que nunca me haría pasar por lo mismo que me hizo mi ex, no puedo evitar este sentimiento. Los 5 días que Manuel estuvo en España me los pase en mi cuarto llorando y no tenía ganas de nada.

Mi mundo spawler 💖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora