Dos.
95% Una piba trastornada.
Me desperté en una cama de acolchado gris, con las chicharras llorando de fondo.
Había dormido en la cama de Santiago Caputo. Y había dormido muy bien.
Me senté en la cama para poder tantear si estaba mi cartera, la vi en el piso y saqué mi teléfono.
"Cami: 20 mensajes - 5 llamadas perdidas".
Eran las 12 del medio día.
"Hola, gorda, todo bien, no me prostituí 👀👢 jsjsjsj".
Me destapé y me senté a la orilla de la cama, me miré en la cámara del teléfono y tenía el rodete medio desarmado por la nuca y la cara con un poco de labial desparramado.
Escuché unos pasos acercarse y vi por el umbral de la puerta a Santiago apoyarse en el marco de la misma, tenía la cara hinchada y estaba vestido con una remera azul y un pantalón de Joguin.
-Buen dia- Me sonrió. Tenía la voz de varón más ronca que había escuchado- ¿Dormiste bien?.
Se acercó y se sentó conmigo a una distancia normal.Carraspee mi garganta y le respondí.
- Si, ajjajaj, ni cuenta me dí. Toqué la almohada y me morí xd, ¿vos dormiste bien?.
Puse mi mano sobre la suya.- No, JAJAJ, dormí todo duro en el sillón, encima una muchachita me dejó picando anoche.
-Uh, mal ahí, la tenemos que matar.
Nos reímos un toque.
- Che, ¿puedo pasar al baño para lavarme la cara? Hsjdjd estoy llena de labial.
-Sisi, ahí está.
Me apuntó la puerta al lado del placard.Caminé en ropa interior y en patas, supongo que bajo la atenta mirada del señor Santiago.
Cerré la puerta y me miré al espejo to'a demacra'. Me lavé la cara y me enjuagué los dientes con un poco de dentrifico. Me solté el rodete, dejando caer mi pelo castaño ondulado un poco antes de mi cola, lo arreglé y salí.
Santiago estaba sentado en el mismo lugar, sólo que chusmeando su teléfono.
Levantó la vista del celular y me sonrío viendome caminar hacia él, y por alguna razón abrió sus brazos para abrazarme por la cintura, como me lo había imaginado antes de salir del baño.
Apoyó su barbilla en la parte alta de mi abdomen, antes de mis pechos y me miró a la cara sonriendo.
-Sos hermosa, María Elena.
Me reí ante lo que dijo.
-Usted también, sei molto bello, señor Caputo.
Se sentía como si lo conociera de toda la vida.
Bueno, él me conocía, yo era muy confianzuda.- Dios, que tetona que sos, casi que no te llego a ver la cara.
Dijo deslizando sus palmas por mi culo.
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Santiago Caputo- Inesperadamente.
FanfictionPermanezco cerca de un árbol roto, sus manos están todas torcidas. Ella me está señalando. Fuí condenado por las luces. Se acerca a mí para verme; habló con una voz que rompió el cielo. Ella dijo: Camina por aquí, hasta la penumbra, "yo te abrigaré...