Capítulo 17.+18.

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Diecisiete.

Ya lloré, ahora estoy caliente.

♡♡♡.
POV María Elena:

Me desperté con el estómago revuelto. Me levanté de la cama y me apuré tropezando con todo lo que se me encontraba para llegar al baño y vomitar.

No llegué.

Lancé pizza y flemas en el pasillo.

-Uy, neni. No pasa nada, vení, vamos al baño.

Me arrodillé y lancé entre lágrimas todo lo que tenía adentro y lo que me faltaba.
Me faltaba oxígeno: me falta Santiago.

Mila acariciaba mi espalda en círculos, y sostenía el largo de mi pelo en su puño.

-Shh, shh, shh. Ya va a pasar, tranquila. Sacalo todo, ya está.- Me decía adormilada.

Mi estómago quedó vacío, pero yo seguía llorando.

Cami me ayudó a limpiarme las babas con papel higienico, y a levantarme para tomar agua.

-¿Qué anda pasando, gordita...? Vos no estabas así. Se te veía mejor con Santiago.

Me encontraba más calmada. Estábamos sentadas en la cocina mientras tomaba mi agua y Mila ponía la pava eléctrica.

Ni yo sabía qué me pasaba.

-Debo estar premenstrual.

-Bueno, puede ser... Ya te va a llamar, Mar, no te preocupes.

Me acariciaba la espalda.

-¿Vos decís que me perdone?.

-¿Por qué?, ¿por querer una vida sana, feliz y aparte?, obvio nena. La que tenía que ir a terapia era ella, no vos. Tenés que empezar a comunicarte mumi.

-Debería llamar a mi psicóloga.

-Si, también deberías de hablar con Santiago, él merece saber lo que te está pasando y lo más seguro es que quiera lo mejor para vos. Después de lo que me contaste, no hay duda de que le importas.

-¿Vos decís?.

La miré ilusionada.

-Obvio nena, ¿Qué te pensas?, que un tipo así le va andar dando alojamiento y pagándole todo a cualquiera. Encima tiene responsabilidad afectiva y te coje cada ves que puede, pero déjate de joder.-Tiro para a tras la palma de su mano.

Mientras Mila hacia su aftin de falso enojo yo me reía a mini carcajadas. Era una loca esta piba.

-No estuvimos muchas veces. Unas cuatro/cinco, pero las veces; boluda, nunca pensé que se podía sentir algo así en esta vida, te lo juro.

-Encima te tiene BIEN cogida, anda, anda, que si no te lo quedas vos me lo quedo yo.

Nos reíamos de las boludeces que esta rubia nutriente decía.

Un poco de risa en la tragedia venía bien.

(...)

El tiempo pasó rápido, muy rápido.

Santiago pasó a buscarme a la casa de Camila.
Aunque yo me estaba bañando cuando llegó, Cami lo hizo pasar y según ella, le dijo un par de cosas para que esté al tanto.

En el auto no nos hablamos. Yo iba con mi mayor cara de afligida, fan de Billie Ellish. Él iba concentrado, Parecía que iba atragantado, como con ganas de hablar; algo raro, siendo un hombre de pocas palabras.

Santiago Caputo- Inesperadamente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora