Santiago Caputo- Inesperadamente.

Capítulo 19.

Diecinueve.

Sólo te faltan los hijitos.

Había pasado un mes desde que mi mamá llamó. No volví a saber de ella, ni aunque pasara por mi casa las veces que fuí a terminar de rendir a la escuela. Bueno, ya no era mi casa.

Desde ese día Santiago está conmigo. Sólo se va por la mañana y vuelve por la tarde, de vez en cuando llega por la noche, y aunque vive en su escritorio o al teléfono, siempre tiene tiempo para mí.

No le pregunté al respecto de porqué no estaba en su casa con su TAN amada esposa y sus hijos, aunque la duda verdaderamente me carcomía.

Me dedico a limpiar, hacer compras de la casa, cocinar, meter y sacar la ropa de la lavadora (que le obligué a comprar) y a plancharle la ropa. Era prácticamente una ama de casa. Posta, Santiago llega, se baña, come (A veces me come a mí, en lugares diferentes), charlamos o vemos nuestra serie y nos acostamos a dormir.

Estoy un poco confusa con respecto a lo que quiero estudiar, porque mi idea siempre fueron las ciencias políticas, pero no quiero que parezca que es por él.

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-¿Y por qué no probás con administración?. Se te va a hacer fácil porque de números y básicamente todo lo que es administración y Excel sabes, además que al primer año o unos meses vas a poder ser mi secretaria. No sé, pensalo- Dijo agarrándome de la cintura, para bajar las manos y apretarme las nalgas...

-¿Decís que sí?, me gustaría ser tu secretaria sexy.

Me subí encima suyo con las piernas abiertas.

-Capaz te llamo para que me chupes la pija abajo del escritorio para desestresarme antes de las reuniones. ¿Aceptas orgasmos como método de pago?.

Me reía por las pelotudeces que decía.

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Había ido unas dos veces a Casa Rosada para acompañarlo a llevar o buscar cosas. Nunca me dejaba quedarme en el auto, siempre me sostenía y me marcaba como suya en el camino a su despacho personal.

Me había hecho tomar un papel de compañera, y la verdad es que bastante cierto era, vivíamos juntos y actuabamos como pareja, acompañandonos siempre.

Estaba casi segura de que todos ahí sabían que Santiago estaba casado, quizás incluso la había llevado allí como a mí, a mí y a seguramente muchas mujeres más.

De las últimas veces que fuí a la Rosada me crucé con Karina Milei, ayyyy Dios, Diosa total. Pero, posta, un amor de persona, la ves y ya la querés abrazar. Es una genia. Nos vimos muy pocas veces y literal me sacó la ficha. Es muy buena consejera. Hasta me dió su número por si necesitaba algo.

A causa de mi relación con Santiago y mi cercanía con Kari, también conocí al tercer dragón, Milei. ¿Verdaderamente?, es una de las personas más hermosas y tiernas que conocí en esta tierra. Cuando está calmado o contento es un sol de persona, posta es una nubecita.

Aparentemente le agrado, siemrpe fue muy educado, cordial y cariñoso la verdad. Tuve la oportunidad de tener charlas con él y Kari, por lo que realmente entendí porqué Santiago creía tanto en la causa de Javier.