Capítulo 27.

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Veintisiete.

Esta vez nadie iba a venir a rescatarme.

¿Qué clase de Dios crea un mundo? En donde la belleza y la verdad se recompenzan con pobreza y muerte.

                        -Jhonatan Wolverton Randall.

Outlander.

-¿No te das cuenta, pelotudita? Que afuera de esta casa pasan cosas más importantes que todo esto, que tu drama de colegiala caprichosa, y que lo que tenga que decir la forra de tu mamá.

Me samarreó.

Con toda la impotencia y miedo del mundo grité.

-¡¿Qué mierda te pasaaa?! ¡¿QUÉ CARAJO ES LO QUE QUERÉS DE MÍ SANTIAGO?! TODO, todo lo que tenía para darte te lo dí!!!-Otra vez lloraba, rogando por dentro que no me dejara-, mi vida gira entorno a vos. Todo lo que conocía quedó atrás, para encerrarme entre cuatro paredes, en las que lo único interesante para hacer era, limpiar TU CASA,-Se prendía un cigarrillo, ignorandome, mientras lo perseguía por la casa- lavar y planchar TUS CAMISAS, preparar TU CENA y ver como una pelotuda si me cogias, si me dabas un beso o si me querías prestar un poco de atención.

Se dió la vuelta abruptamente. Y me clavó esa mirada de psiquiátrico que tanto me asustaba.

-¡PERO SI ESO ERA LO QUE QUERÍAS! ATENCIÓN, QUE NADIE TE QUISO DAR NUNCA. ¡¿No te das cuenta?! ¡¡Un país en mis hombros!! ¡UN PAÍS ENTERO, MARÍA ELENA!.

-¿Querés dejar de jugar al Ángel Caído? No sé qué cuentito te trataste, pero estás muy equivocado...- Me empecé a marear totalmente de la nada, asi qur decidí implementar paz- Dios, Santiago..., andá a pegarte un puto baño y calmate un poco... y dame mi teléfono

-¡NO ESTOY JUGANDO, MIERDA! Y no intentes mandarme como si fuera un nene, la puta que te parió

-Entonces deja de actuar como uno, por favor... ¿No te das cuenta? ¿No ves que ya no sos el mismo? Que me dejaste tirada como una prostituta de mierda y ahora volves de la nada a hacerte el Salvador implacable. ¡Haciéndote el pelotudo como si no te hubieses podido dignar a decirme lo que estaba pasando!

Lo último lo solté con un nudo interminable en la garganta, y un constante miedo a quedarme sin la columna vertebral de mi universo entero.

-¡Pero si eso era lo que querías! ¡¡¡Pedazo de trola!!!- Me gritó en la cara, dejándome completamente impactada- ¡¿O no querías jugar a la putita y el cliente enamorados?! ¿Qué te pensaste? ¿Qué ibas a ser Lizzi? Taradita.

La ira, volvió a hinundarme, dándome un último shock de energía para esta discusión.

-Ahh bueno, así que de esto se trata todo. DE JUGAR A SER THOMAS SHELVY. ¿Qué película te comiste pelotudo? Ahora sos un Peaky Blinder? Forrro. ¿Por qué no te vas a hacer chupar la pija por alguna rota? Y me dejas a mí en paz, si tanta carga soy, si tan confundido estás.

Volví a hinundar la habitación de lágrimas, con mis últimas palabras.

Vómito subía y bajaba a la altura de mi esófago.

-Yo nunca quise esto... nunca lo pensé así. Esto no tenía que ser así... Perdóname María.

Me abrazó y besó mi frente.

Estaba confundida. No entendía si le había dado un ataque de nervios y se calmó, si se dio cuenta de lo mierda que estaba siendo esta vez, o si sólo ya estaba cansado.

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⏰ Última actualización: Oct 26 ⏰

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Santiago Caputo- Inesperadamente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora