Chapter 5: Miradas

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Entonces, Violeta, en busca de Florencia, se dirigió hacia la puerta del escritorio. Sin embargo, en medio de su distracción, sus pies tropezaron con una pelota de tenis abandonada en el suelo. El desequilibrio amenazó con hacerla caer, pero antes de que pudiera reaccionar, Franco, en un acto de pura reacción, la rodeó con su brazo y la atrajo hacia sí, sujetándola firmemente por la cintura.
En ese instante, sus miradas se encontraron en un encuentro inesperado. Los ojos de Violeta, llenos de sorpresa y desconcierto, se encontraron con los de Franco, que reflejaba una chispa de curiosidad. En la cercanía inesperada, sus rostros quedaron a centímetros de distancia, permitiendo que sus miradas se entrelazaran en un contacto visual cargado de tensión.
El aire en la habitación se volvió tenso, mientras el aroma a libros  y el silencio incómodo se apoderaban del espacio. El latido acelerado de sus corazones y la respiración entrecortada se convirtieron en el único sonido en la habitación.
Franco, consciente de la situación incómoda y de su relación tensa con Violeta, soltó su agarre con brusquedad, permitiendo que Violeta se alejara rápidamente, al terminar con el momento, los dos, por alguna razón, evitaron el contacto visual.

Violeta sintió cómo su cuerpo se tensaba cuando Franco la sujetó bruscamente por la cintura para evitar su caída. El contacto repentino y no deseado hizo que su corazón se acelerara y su respiración se detuviera por un instante.
—Gracias por... la ayuda. —murmuró Violeta, su voz temblorosa y llena de incertidumbre. Sus ojos evitaban el contacto visual directo, desviándose hacia el suelo mientras intentaba procesar la situación.
Franco, al oír las palabras de aquella chica, optó por quedarse callado, pues estaba confundido, solo se preguntaba: ¿qué era lo que había pasado?
Pero al parecer, Franco y Violeta, se habían olvidado de la presencia del hermano mayor Fritzenwalden, quien se encontraba mirando todo lo que había pasado, con la reacción neutra, pero en su mente tenía mil cosas que decir, pero no podía formular una oración coherente sin que sean interrumpidos por sus mismos pensamientos.
Todo este caos fue interrumpido por la presencia de Florencia, quien evidentemente no sabía de la tensión que había en el estudio de Federico hasta que empezó a notarlo por el silencio incómodo que abundaba en la habitación.
—pero que pasa, por que andan callados todos. Uno tiene que hablar expresarse..—empezó a hablar Florencia tratando de hacer menos incomoda la situación. Atrayendo la mirada de los tres que se encontraban junto con ella, cuando fue interrumpida por Federico.
—por favor, lleva a Violeta a su cuarto. —mandó fuerte, el rubio mayor para terminar con la situación.
—bueno, pero no me grite, che, ¿no ve que yo tengo sentimientos? soy como una flor: la tratan mal y ya no florece...—quizo seguir hablando la muchacha.
—por favor deja de hablar y haz lo que te dije. —mencionó Federico ya cansado de la situación.
Fue así como Violeta y Florencia salieron del estudio y empezaron a recorrer los pasillos de aquella mansión, llegando al cuarto de Violeta, la cual observaba cada detalle de la casa y por último de su cuarto, este tenia estampado en la pared la cual era de color blanco antiguo, que reflejaba mucha tranquilidad, pues se acompañaba de una gran ventana que daba al jardín. Lo cual era muy importante para ella, ya que por lo general de sentía encerrada si no tenía una.

Un Romance En La Mansión: Franco Y Violeta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora