Louis pasó las siguientes horas envuelto en el aroma de Harry, pero esta vez con pequeñas notas de vainilla. Este hecho sorprendió mucho a Louis, le costaba creer que un olor así de dulce pudiera ser emitido por el rizado pues parecía algo poco acorde a la personalidad del alfa, pero el omega estaba aún confundido, tan nublado por las fuertes emociones que solo podía pensar en tener a Harry más cerca.
Aún sentía cómo el calor subía a sus mejillas cada vez que llegaban pequeños flashbacks a su mente en donde estaba sentado sobre las piernas del rizado mientras este lo marcaba con su olor. Louis no terminaba de entender qué era lo que había pasado con él o si debería preocuparse por eso. En realidad no conocía mucho acerca de su subgénero, ya que en su familia siempre fue visto como un error y como algo que debía ser ocultado. Lo único de lo que estaba seguro era de que cualquier pesar en él podría ser curado por Harry, quien cada vez revelaba una nueva faceta desconocida para Louis.
En ese momento se encontraba caminando en el jardín, a ese punto ya se encontraba bastante alejado de la casa del alfa. Su mente no podía dejar de pensar en el rizado, en sus manos increíblemente suaves, en sus caricias delicadas y a la vez firmes. Una vez que el omega se sintió orientado nuevamente, se separó de Harry y pidió estar a solas un rato. De eso ya habían pasado tres días, tres días en los que había usado el jardín como su refugio, viendo desde lejos cómo Harry se marchaba en la mañana y en ocasiones dedicaba una pequeña mirada hacia su dirección, como si siempre supiera en dónde se encontraba Louis.
Ciertamente Louis se sentía abrumado, no entendía por qué Harry era tan bueno con él cuando realmente no lo merecía, y mucho menos cuando no tenía con qué pagarlo. No estaba seguro de qué pasaría en el futuro, de si tendría que estar en esa casa por el resto de su vida o si sería capaz de abandonar el lugar a pesar de la punzada en su pecho.
Y ahí estaba nuevamente ese sentimiento de sentirse ajeno a todo, de ver su vida pasar a través de unos ojos que no son los propios y de no poder hacer nada más que soportarlo en silencio. El omega se encontraba observando el pequeño jardín de girasoles que había sido su distracción en los últimos días, pero se sintió desconcertado al percibir un olor no floral en el aire, un olor a vino y madera.
No pudo aguantar la curiosidad así que intentó encontrar la fuente del olor, sintiendo su sangre helarse al casi chocar con un fuerte pecho cubierto por una camisa desabotonada. Louis supo distinguir al alfa italiano que había conocido en la casa de Harry y no fue capaz de ocultar su aroma a miedo cuando cruzó miradas con él.
- Es un placer volverte a ver, pequeño- susurró el alfa mientras un ligero olor a excitación inundaba el ambiente. Por su parte, Louis solo atinó a encogerse en su lugar e intentar que no fuera evidente el temblor que atacaba a su cuerpo.
- Vamos a hacer las cosas rápido, ¿de acuerdo? Serás un buen chico y no me causarás problemas, así podré divertirme contigo lo más pronto posible- dijo Mauro con su acento italiano que rebotada en los tímpanos de Louis y lo hacía sentir mareado.
Las piernas de Louis se movían por inercia y su espalda baja quemaba ante el contacto de la mano del alfa sobre ella. Su mente ya no se molestaba en enviar señales de alerta, había decidido resignarse y aceptar su destino. Estaba claro que era demasiado insignificante e inútil como para poder luchar contra todo lo que le pasaba, todo eso solo indicaba que no merecía ser feliz, y por primera vez a Louis no pareció importarle.
Ya podía divisar un portón grande que suponía era la salida de lo más cercano que tuvo a un hogar, así que se despidió mentalmente de su habitación y sus impecables objetos, de los postres que nunca hizo y de los lugares que nunca conoció. Tal vez sentía algo cercano a la tristeza, pero le era difícil identificarlo en medio de su cuerpo entumecido.
Cuando pudo darse cuenta, ya se encontraba frente al portón que se sentía helado bajo su toque. Sus ojos seguían las pequeñas gotas de agua que se deslizaban en las rejas y aterrizaban sobre sus dedos para luego perderse en el calor de su piel. Un fuerte estruendo lo hizo salir de su burbuja, y lo primero que notó era que el italiano no se encontraba a su lado. En su lugar, pudo distinguir su cuerpo inerte tirado en el piso a unos metros de él. Todo el ruido se silenció a su alrededor al ver a Harry un poco más lejos, tenía la corbata desajustada y su camisa arrugada mientras que su respiración se notaba pesada y agitada. Al recorrer el cuerpo del alfa con su mirada pudo notar una pequeña pistola que era apretada fuertemente por su mano.
Harry caminó a paso rápido en su dirección y examinó su rostro y cuerpo una vez que lo tuvo frente a él. Louis podía ver cómo los labios del rizado se movían pero no podía escuchar ningún sonido proveniente de ellos, así que solo se limitó a delinear su boca con su mirada, deteniéndose tortuosamente en su arco de cupido y en su labio inferior ligeramente más relleno.
Louis sintió cómo su cuerpo era elevado y cómo sus pies no tocaban el piso y se balanceaban con el movimiento. Sintió una ligera onda de calor que lo hizo cerrar sus ojos y aferrarse al aroma a chocolate picante a su lado. Pudo identificar que ahora se encontraba en una camioneta a la vez que sentía cómo su cuerpo era fuertemente apretado y llenado de caricias.
Entonces todo cobró sentido, tal vez no necesitaba ir a ningún lado, no necesitaba que existiera ningún futuro, no necesitaba huir ni agradecer por nada, no debía cambiar ni convertirse en nadie más. Simplemente supo que debía estar ahí, cerca del alfa, y que no debía importarle lo que pasara fuera de él. Estaba bien si moría en ese instante, realmente no creía que hubiera algo más que hacer después de estar entre los brazos de Harry. Fue así como el omega descubrió que estuvo buscando en el lugar incorrecto toda su vida, que de hecho ni siquiera debía buscar en un lugar; su hogar estaba justo ahí, con Harry a su lado.
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Cinnamon Boy (L.S Omegaverse)
RomanceHarry es un alfa frío, líder de la banda criminal más grande de Londres. Nunca había cuestionado el rumbo de su vida hasta que conoce a Louis, un omega dulce que despierta sus instintos como nadie lo ha hecho antes. Donde Harry, cegado por sus inst...