Cuando Louis despertó se encontraba en la misma habitación en la que había dormido la noche anterior. Pudo reconocer su propio olor aún presente en las sábanas de la cama en la que se encontraba acostado. Estaba demasiado agotado, no pudo evitar el nudo que se formó en su garganta al recordar los eventos ocurridos en las últimas horas. Era cierto que nunca había sido especialmente cercano con su padre, pero nunca pensó que terminaría en una situación como esa.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por tres golpes suaves en la puerta, seguido de la entrada de Zayn portando una sonrisa incómoda pero amigable.
- Harry dice que puedes quedarte aquí, o que puede comprarte una casa si lo prefieres, solo quiere que estés cómodo- anunció Zayn metiendo sus manos en los bolsillo de su chaqueta.
- Yo... Me quedaré aquí, gracias- murmuró Louis, sintiendo una ola de miedo invadir su cuerpo con solo la idea de tener que dejar a Harry de nuevo. - ¿Y Harry?- agregó el omega, sintiendo que ya era costumbre preguntar por el paradero del rizado.
- Está en su oficina, no creo que vaya a salir pronto. Es... complicado- respondió el alfa mientras frotaba su nuca en un gesto de incomodidad. - Solo debes darle algo de tiempo, te aseguro de que no es una mala persona. Si necesitas algo no dudes en decírmelo- finalizó el alfa mientras acomodaba su abrigo y salía silenciosamente de la habitación, dejando a Louis solo con sus pensamientos.
Realmente no tenía idea de qué hacer a partir de ese momento. Estaba más que claro que su familia, si es que podía llamarlos de esa manera, no lo quería cerca. Siendo honestos, Louis nunca había tenido algo a lo que aferrarse, había estado solo desde que era pequeño y solo siguió adelante porque vio que los demás hacían lo mismo, y continuó de esta manera hasta caer lentamente en una rutina indeseada.
No se consideraba especial, no se sentía bonito ni llamativo. Solo era él.
Como si el cielo pudiera advertir la bruma que se acumulaba en el pecho del omega, una fuerte lluvia se desató sobre aquella casa lejana. Louis intentó mantener la calma varias veces, aunque no logró su cometido. Los recuerdos se enrollaban alrededor de su temblorosa figura y hacían que su cuerpo se entumeciera, su garganta pidiendo ayuda en gritos silenciosos. Sin embargo, debía aprender de una vez por todas que estaba solo, como siempre, así que enrollando su cuerpo en las gruesas frazadas y tapando su cabeza con las almohadas, cayó dormido en medio de respiraciones irregulares, intentando olvidar quién era y todo a su alrededor.
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Los próximos días Louis intentó levantarse más temprano con la esperanza de poder encontrarse con Harry, aunque no tuvo mucho éxito. Cuando el omega llegaba a la cocina, la comida estaba lista encima del frío mármol, así que desayunaba a pesar de no tener apetito y se retiraba silenciosamente una vez que terminaba. Al parecer el alfa salía desde muy temprano en la mañana y llegaba hasta entradas de la noche, aunque había noches en las que simplemente no llegaba.
Louis no podía evitar sentirse dolido ante la ausencia del rizado, lo único que podía hacer era recordarle a su tonto omega que no tenía ningún derecho sobre Harry. El alfa solo era amable o quizá incluso sentía lástima por él, nada más.
Luego de pasar muchas tardes resolviendo libros de sopas de letras que aparecían cada día en la mesa de centro del salón, decidió que sería una buena idea hacer algo útil en esa casa o terminaría enloqueciendo muy pronto.
Se dirigió vacilante hacia la cocina, en donde sacó cada uno de los ingredientes necesarios para hacer uno de sus postres favoritos: brownies. Lentamente incorporó los ingredientes húmedos y secos en un solo tazón, probando la mezcla cuando ya estaba lista y sonrojándose al sentir el gusto a chocolate, claramente con cierto alfa en su mente.
Mientras los brownies estaban en el horno lavó todos los utensilios que había utilizado y dejó la cocina completamente limpia, pero seguía sin sentirse satisfecho. Su omega se encontraba muy inquieto últimamente, todo el tiempo demandando algo que Louis no podía comprender. Solo le costó un poco de trabajo ignorarlo, como siempre había hecho con los deseos de su omega.
Cuando los brownies estuvieron listos y se habían enfriado un poco, los cortó y los puso en un plato blanco. Estuvo el resto de la tarde esperando ansiosamente la llegada de Harry, aunque su esperanza se hacía más pequeña con el paso de las horas.
Finalmente solo apareció Zayn a eso de la media noche. El alfa probó los brownies y lo felicitó por su delicioso sabor. Louis, como siempre, le preguntó por Harry y obtuvo la misma respuesta incómoda por parte de Zayn, para quien no pasaron desapercibidas las lágrimas que inundaron los ojos del omega. Sin embargo, no se atrevió a decirle nada, simplemente le agradeció por los brownies y le dijo que era completamente libre de usar todo lo que quisiera en la casa. Se retiró con más brownies guardados en un recipiente prometiendo que se los daría a los demás trabajadores.
Louis se sintió más agotado que nunca cuando subió a su habitación. Con la visión un poco borrosa se recostó en la cama, sintiéndose desesperado por la ansiedad que sentía su omega.
Omega malo, alfa no nos quiere.
Fue lo último que se repitió en su mente antes de conciliar el sueño rodeado de un intenso olor a manzanas ácidas y caramelo salado.
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Holaa, volví. Estuve un poco ocupada pero finalmente les traigo un nuevo capítulo. No se preocupen porque en los siguientes capítulos comenzarán las interacciones entre Louis y Harry, solo quiero desarrollar un poco los personajes para que puedan conocerlos mejor. Gracias a todxs por leer y votar en mi historia. <3
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Cinnamon Boy (L.S Omegaverse)
RomanceHarry es un alfa frío, líder de la banda criminal más grande de Londres. Nunca había cuestionado el rumbo de su vida hasta que conoce a Louis, un omega dulce que despierta sus instintos como nadie lo ha hecho antes. Donde Harry, cegado por sus inst...