Louis se encontraba mezclando cuidadosamente la masa de los panqueques que cocinaba para Harry, quien en ese momento se encontraba removiendo los restos de masa quemada del sartén. Luego de haber carbonizado la mezcla, Louis no permitió que el alfa volviera a involucrarse en el proceso de la preparación, argumentando que por ahora sería mejor que el rizado solo observara con atención antes de pasar a la práctica.
Harry siguió esa instrucción sin poner mucha resistencia, pues estaba más que satisfecho con solo tener que quedarse parado admirando cada uno de los movimientos del omega, intentando retener cada uno de los gestos y ademanes que este hacía, así como la manera en la que sostenía cuidadosamente cada ingrediente y se encargaba de explicarle al ojiverde cómo usar cada uno. Sin embargo, se vio rápidamente perdido en la presencia de Louis, en el dulce aroma a caramelo que acariciaba su nariz y en cómo el chico rodaba los ojos con fingida molestia cada vez que Harry hacía la misma pregunta fingiendo que no había escuchado la misma respuesta en oportunidades anteriores.
En un momento simplemente se sentó en una silla alta que se encontraba en la cocina y observó al omega, quien se veía tranquilo y relajado, con movimientos confiados en la cocina que parecían ya hacer parte de su rutina desde hace mucho tiempo. Harry intentaba reunir la mayor cantidad de información posible sobre Louis, quería entenderlo, pero se sentía demasiado cobarde como para preguntarle algo directamente, así que solo se quedaba atento ante cualquier detalle que pudiera percibir.
Luego de algunos minutos en los que el único ruido que se escuchaba era el sonido de la mezcla cocinándose en la sartén y la suave voz de Louis tarareando distraídamente una canción, el alfa observó cómo frente a él era posado un plato con panqueques humeantes acompañados de una salsa de frutos rojos.
- Dios, omega- dijo Harry mientras, sin poder evitarlo, dejaba escapar un sonido de satisfacción al probar la comida hecha por Louis, quien abrió los ojos en su lugar e intentaba ocultar el sonrojo subía a sus mejillas.
-¿Te gustan?- preguntó mientras se acercaba tímidamente hacia el alfa.
- Claro que sí, es lo mejor que probado en mi vida- respondió el ojiverde luego de servir tres panqueques más en su plato. Harry estaba seguro de que nunca antes había probado algo tan delicioso, aunque siendo honestos Louis podría servirle un plato lleno de tierra y él lo comería como si fuera el mejor platillo del mundo.
- Vamos, estás exagerando- dijo el omega mientras soltaba una pequeña risa y ayudaba a Harry a ponerle más salsa a su comida.
El alfa había comido más panqueques de los que podría considerarse saludable, soltando halagos hacia el omega entre cada bocado y provocando que este soltara pequeñas risas y se sonrojara cada vez con más fuerza.
- ¿Estás seguro de que no quieres?- le preguntó al ojiazul mientras bufaba fastidiado por los rizos que colgaban en su cara y dificultaban sus acciones.
- Estoy bien, alfa. Déjame ayudarte, ¿tienes una goma?- soltó dubitativo Louis al ver que las manos de Harry estaban llenas de salsa de frutos rojos.
Harry respondió con un asentimiento y estirando su muñeca hacia el omega, quien tomó delicadamente la goma. El ojiverde fingió no darse cuenta de las oleadas de corriente que recorrieron su cuerpo al sentir el contacto de los fríos dedos de Louis en su piel y prefirió atragantarse con otro bocado de panqueques.
Estuvo a punto de ahogarse con su comida cuando sintió cómo el omega tomaba cuidadosamente su cabello y lo reunía en una coleta baja, acariciando su cuero cabelludo en un intento por eliminar las pequeñas montañas que formaban sus mechones. Podía sentir cómo los dedos de Louis rozaban suavemente su frente y su nuca, llevando a cabo su tarea con extremo cuidado, como si tuviera miedo de lastimar al rizado. Esto provocó que Harry dejara caer sus manos encima de la mesa y cerrara sus ojos por inercia, disfrutando de lo que para él sería la primera vez que alguien lo trataba de una manera tan delicada.
Si Louis pasó más tiempo del debido recogiendo el pelo de Harry, ninguno dijo nada al respecto. Luego de terminar de comer, Harry insistió en que luego lavarían los platos y que deberían ver una película en su lugar. A regañadientes, el omega aceptó y fue recompensado por el rizado cuando este dejó que eligiera lo que iban a ver.
Al final, Louis eligió una competencia de repostería en lugar de una película. Por su parte, Harry seguía haciendo preguntas estúpidas todo el tiempo solo para poder escuchar la risa del omega una vez más. Cuando el cielo se oscureció (y luego de muchos intentos) finalmente pudo convencer a Louis de comer algo, alegando que debía alimentarse adecuadamente para poder recuperarse.
Luego de ver varios episodios, los comentarios y quejas del ojiazul sobre los participantes fueron disminuyendo hasta que este se quedó dormido. Como ya se había hecho costumbre, el alfa estuvo admirándolo por unos minutos antes de apagar la televisión y cargarlo cuidadosamente en sus brazos a la par que caminaba en dirección a la habitación donde se estaba quedando el omega. Harry realmente tuvo que esforzarse para dejar el cuerpo del castaño en la cama en lugar de seguir acurrucándolo contra su cuerpo. En respuesta, Louis se removió por unos segundos buscando una posición cómoda en la cama y abrazando fuertemente una almohada que aún mantenía la fragancia del alfa.
Harry se quedó acariciando el pelo de Louis durante un rato, aún se sentía embelesado por la mezcla de manzana, canela y caramelo que desprendía el cuerpo del más pequeño. Trazó líneas imaginarias uniendo los lunares que adornaban el rostro del omega. El alfa pensó que si los ojos de Louis eran el cielo, entonces aquellas pecas eran sus constelaciones. Dejó escapar una pequeña risa al notar un ligero olor a vainilla proveniente de su propio cuerpo.
El ojiverde sintió que en cualquier momento su pecho estallaría ante todas las sensaciones que lo embargaban. Ciertamente se sentía agobiado, no sabía qué hacer con todos esos nuevos sentimientos que emergían en su ser. Por primera vez, supo lo que era anhelar algo y tener miedo de perderlo. Harry pensó que podría acostumbrarse a hacer reír a Louis todas las mañanas mientras este preparaba la comida para ambos, para luego hacerlo enojar al evitar lavar los platos. Podría acostumbrarse a acompañar a Louis hasta que se quedara dormido.
Por un momento, deseó que todo a su alrededor se detuviera para que él pudiera disfrutar de ese instante el mayor tiempo posible. Deseó poder quedarse ahí, cuidando el sueño de Louis, en donde no tenía que ser fuerte e intimidante, donde no era el alfa líder, donde simplemente era Harry.
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Nuevo capítulo por fiiiin, espero que lo disfruten. Gracias por leer y votar. <3
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Cinnamon Boy (L.S Omegaverse)
RomanceHarry es un alfa frío, líder de la banda criminal más grande de Londres. Nunca había cuestionado el rumbo de su vida hasta que conoce a Louis, un omega dulce que despierta sus instintos como nadie lo ha hecho antes. Donde Harry, cegado por sus inst...