¿Nunca has hecho ninguna tontería por amor?

9 0 0
                                    

—Te has peleado con un chico y has pedido a la Guardia Civil que te llevara al hospital, ¿no hay más?

—Vale, vale. Vamos a sentarnos. ¿Te he dicho ya que me apunté a un club de lectura?

—No, no me lo has dicho. Nunca me dices nada.

—Nunca tienes tiempo para escucharme. Te pasas la vida en el trabajo, solucionando las vidas de los demás, pero la de tu familia te importa bien poco.

—Ángel, no vuelvas a hablarme así. El trabajo es el trabajo, ser abogada no significa solucionar las vidas de los demás, y a mi me gustaría estar más tiempo en casa, y tú estás desviando el tema.

Te apuntaste a un club de lectura. ¿Cuándo?

—En septiembre. Hemos tenido reuniones semanales desde entonces.

—No entiendo qué tiene que ver eso con...

—Allí la conocí, a la chica que he atropellado, porque he atropellado a una chica. Bueno, no es una chica, estamos juntos. Y no la he atropellado porque estemos juntos, yo la quiero. Ha sido un accidente. ¿Me explico?

—Estás con una chica, eso ya lo sabía, bueno, lo suponía. ¿Es la misma que estuvo aquí la otra mañana?

—Sí.

—¿Y desde cuándo sales con esa chica?

—Se llama María. Poco después, bueno, bastante después. A mí me pareció una eternidad.

—Sigo sin entenderlo.

—Bueno, esa chica se fue de aquí algo...cabreada, supongo. Así que salí a buscarla y bum. Aunque fue más como un plash o algo parecido.

—Entiendo.

—Y ahora si me permites, me está esperando en el hospital.

—De eso nada, tú no vas a ninguna parte. Aún me queda una cosa.

—¿Sí?—me tiembla la voz.

—¿Dónde has aprendido a conducir?¿Desde cuándo coges el coche? No tienes edad para conducir, y mucho menos un coche como ése. ¿Sabes la vergüenza que supone para mi que no cumplas la ley a rajatabla?

—Aprendí en Barcelona, con mis...compañeros de tiempo libre. Cuando...

—Sí, durante esa etapa de tu vida.

—Y bueno, solamente cojo el coche cuando es una emergencia. La moto si la suelo coger por gusto pero tampoco es que abuse del privileg...


La mano de mi madre me cruza la cara.


—¡¿La moto también?! Da gracias a Dios porque sigues con vida, pero la calle no las ves ni en pintura.

—Pero mamita guapita, necesito ir a verla, si despierta y ve que no estoy allí...

—Mamita guapita ha hablado ya suficiente, no hay nada más que discutir. Haber pensado un poco antes de hacer semejante tontería.

—¿Nunca has hecho ninguna tontería por amor?—pregunto.


Pero no responde, se limita a levantarse del sofá y dejarme solo y con la mejilla roja.

'Otro día más'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora