Lunes, otra vez.
No he ido al instituto, no he ido al club, llevo todo el día metida en la cama, llorando a base de recuerdos.
Recuerdos de cuando nos conocimos.
Recuerdos de cuándo nos gustaba cantar juntas.
Cuando jugábamos juntas.
Incluso cuando habíamos tenido nuestras pequeñas discusiones.
Mirabas atrás y te dabas cuenta de como había pasado el tiempo.
Prácticamente, habíamos crecido juntas.
A mis dieciséis años de edad, nunca había tenido una amiga como ella.
No era difícil, hacer amigos se me da mal.
Pero ahora qué importaba eso.
Mi madre me mira con expresión indescifrable.
No me han vuelto a dirigir la palabra desde que llegué anoche.
Mejor así.
Me faltan trozos.
Me había ido rompiendo conforme llegaban sus mensajes.
Mercedes era como una hermana.
La chica castaña de pelo largo y ojos bonitos.
La novia que todos querrían tener.
La amiga que todas querrían tener.
Y nunca le había importado como era yo.
Me había apoyado y me había defendido en todo momento.
Ahora, eso queda, trozos.
<<¿Sabes que he dejado plantado a mi novio por ti?>>
<<¿Para qué?¿Para que luego te vayas por ahí con otra?>>
<<Ah no, que era otro.>>
<<Mientras tu estabas por ahí buscando alguien que te haga compañía, porque tienes que estar harta de sentirte sola, mi novio estaba aquí, conmigo, consolándome.>>
<<Y no había quedado con él por ir a verte a ti. Por volver a lo que teníamos antes. Pero ahora no quiero volver a saber nada de ti.>>
<<Que me lo han contado todo. Me parece vergonzoso tenerme que enterar por los amigos de mi novio de que estás con el nuevo. ¿O no estáis? ¿Si se lo pregunto a él que me diría?>>
<<¿Sabías que él lo niega todo? Pues ya lo sabes.>>
<<Encima vas y dejas que te insulte, te creía más lista. Te habrá dicho cuatro mierdas y tu te lo habrás creído, normal, si nunca te han dicho nada bonito.>>
<<Te vas a quedar sola, solísima.>>
<<Te lo mereces.>>
<<Si me lo hubieras contado, te habría entendido. Yo te dejé de lado por un tío, pero lo sabías. ¿Es que ya no confías en mi? ¿Tienes mejores amigos en la mierda del club ese?>>
<<Y todavía te queda valor para decirle a tu madre que estabas conmigo. Se me ha caído la cara de la vergüenza. Me has hecho quedar como una gilipollas.>>
<<¿Cuántas veces mas le has mentido, eh?>>
<<No hace falta que te disculpes ni que vuelvas a llamarme para quedar.>>
<<Que duréis mucho el friki y tú, la verdad es que pegáis, estáis hechos el uno para el otro.>>
Hay una frase repitiéndose en mi cabeza: te habrá dicho cuatro mierdas y tu te lo habrás creído.
Sé que Ángel sigue juntándose con los chicos de aquella tarde, a pesar de que nunca lo reconociera delante mío.
También sé que no ha dejado el club de lectura.
Sé que no es como los demás, que no va al instituto, que oculta un pasado del que se niega a hablar.
Pero desconozco muchas cosas sobre él.
Ni siquiera sé lo que significo en su vida.
No sé si le importo o soy solamente un capricho.
Recuerdo algo que pasó hace tiempo.
-Ho...hola.
-¿Belén?
-No, soy María.
-¿Sánchez?
-Pues no. Soy María la del club.
Tal vez para él sólo era eso, 'la del club'.
Belén, había dicho él.
<<¿Sabías que él lo niega todo? Pues ya lo sabes.>>
¿Y si no habíamos sido nada?
Es que no habíamos sido nada.
Más mensajes.
Son suyos.
<<No te he visto esta tarde. ¿Estás bien? Llevas dos días sin hablarme.>>
<<Llámame cuando veas los mensajes.>>
<<Te quiero.>>
Había dicho te quiero.
Nos habíamos dicho te quiero.
Pero no habíamos sido nada.
A pesar de todas las ideas negativas que daban vueltas en mi cabeza, no pude evitar sonreír.
Había dicho te quiero, pero las palabras se las lleva el viento.
Ni siquiera eran palabras.
¿Podía dejarme querer?
¿Dejar que me rodeara con sus brazos, cerrar los ojos y olvidar?
¿Seguir adelante con lo que sea que tengamos?
Sí, podía.
Podía dejarme querer.
Podía olvidar.
Tenía que seguir adelante.
Iba a ser duro enfrentarse al mundo, pero una no puede pasarse la vida llorando en su cama.
Mañana será otro día.
Llamaré a Ángel.
Volveré a escuchar su voz.
Arreglará este desastre.
Juntará mis trozos.
