Amistad.

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Mercedes caminaba en dirección a la casa de María.

Aunque le habría gustado estar a solas con su novio, hacía tiempo que no quedaba con ella, y la echaba un poco de menos.

En los últimos meses se habían hecho muy amigas, se habían tenido siempre, pero desde que Mercedes había empezado una relación, se habían distanciado un poco.

Quería dedicar la tarde a resucitar su amistad.

Por eso, cuando por fin llegó a su casa, fue la madre de María quién le dijo que se acababa de ir hace un rato.

-¿Dijo dónde iba?

-No, pero dijo que había quedado contigo.

-Vale, gracias.

Y sin despedirse se dio la vuelta y volvió sobre sus pasos.

A casa.

No entendía nada.

Tal vez le había surgido algo importante, pero, ¿existía algo mas importante que su amistad?

Mercedes reflexionó unos instantes la pregunta.

Sus meses de noviazgo habían sido preferentes a su amistad, pero eso era normal, se dijo.

Todas las chicas querían estar con su novio.

Esa no era razón para darle plantón de aquella forma.

Y sería la última vez que pasaría.

Unas horas más tarde, María y Ángel caminaban de la mano, por las calles de Madrid.

La ciudad que había contemplado silenciosa su primer beso.

El primero de muchos mas, que fueron cayendo a lo largo de la noche.

Habían hecho varias paradas más para completar su 'cita', pero ahora ella volvía a casa, y él la acompañaba.

Habían llegado al cruce de la calle dónde vivía, y María le había regalado un último beso.

-Es aquí.

-¿Aquí?

-No aquí exactamente, es esta calle, pero no te voy a invitar a subir.

-¿Para eso te he acompañado?

Se ríen.

-Me encanta cuando haces eso-le había dicho Ángel.

-¿El qué?

-Sonreír cuando te beso.

Les costó varios abrazos despedirse por completo.

Por fin se separaron.

Ella se dio la vuelta, pero él la agarró del brazo y la hizo volverse.

Necesitaba besar sus labios una vez más.

Cuando María volvió a casa, su madre la estaba esperando.

-¿Donde has estado?

-Ya te lo dije, con Mercedes, dando una vuelta.

-Mercedes ha venido, poco después de que te fueras-soltó-.No voy a pedirte explicaciones, estoy cansada, pero deberías hablar con ella.

Subió corriendo a su habitación y sacó su móvil del bolso.

No tenía ninguna llamada de su amiga, tampoco un mensaje.

La llamó varias veces aquella noche y otras tantas durante la siguiente semana, pero Mercedes no volvería a dar señales de vida hasta mas tarde.

Sin embargo, si tenía un mensaje de Ángel.

<<Nuestra primera 'cita' no ha estado tan mal, ¿no? Mañana te invito a cenar. No te olvides la sonrisa.>>

En otras circunstancias se habría alegrado, tal vez.

Pero ahora no podía.

Hasta este momento, nunca había valorado demasiado su amistad con Mercedes, pero que cierto es eso de que no valoras nada hasta que lo pierdes.

Y María había perdido mucho aquella noche, más de lo que pensaba.

Nada importaba si no estaba ella.

Nada tenía el mismo sentido.

Acaso el tiempo, caprichoso y a la vez siniestro, ¿les devolvería esa amistad?

El tiempo, que todo lo cura, y que se había parado para estas dos chicas, que ahora lloraban, cada una desde su cama.

 

'Otro día más'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora